La situación en Gaza se está volviendo cada vez más alarmante, con evidencias que apuntan a acciones de Israel que muestran un “absoluto desprecio” por la vida de los civiles palestinos. La Oficina de Derechos Humanos ha informado que la región norte de la Franja de Gaza se encuentra completamente aislada, lo que complica aún más la ya grave crisis humanitaria en el área. Desde el 30 de septiembre, la ONU ha sido incapaz de proporcionar asistencia a los más de 400.000 civiles atrapados, una situación descrita como desesperada por Philippe Lazzarini, responsable de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA), al señalar que «los civiles no tienen otra opción que marcharse o morir de hambre».
Los bombardeos aéreos israelíes continúan en las zonas centrales de Gaza, resultando en múltiples muertes, entre ellas cuatro personas fallecidas y, al menos, 40 heridos tras el ataque a un hospital y a tiendas donde se refugiaban desplazados. En una escuela de la UNRWA, un ataque resultó mortal para 20 personas; el edificio iba a ser empleado para una campaña de vacunación contra la poliomielitis.
Por su parte, la ONU advierte que el traslado forzoso de la población podría ser considerado un crimen de guerra. Louise Waterridge, portavoz de UNRWA, expresó su consternación frente a la atrocidad de la situación, subrayando que mientras algunos niños reciben vacunas, otros pierden la vida en los bombardeos nocturnos.
En el Líbano, la violencia también ha registrado un aumento significativo. Un ataque israelí a un edificio residencial en Trípoli ha acabado con la vida de 18 personas, lo cual refleja la expansión del conflicto a áreas que hasta ahora no habían sido atacadas. La Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria ha destacado que los ataques están dirigidos especialmente a zonas que se encuentran acogiendo a desplazados forzosos.
A pesar de las peticiones de Israel, la misión de la ONU en el Líbano (UNIFIL) ha indicado que no se retirará. Andrea Tenenti, portavoz de UNIFIL, aseguró que seguirán en la región proporcionando la asistencia necesaria y documentando la situación para informar al Consejo de Seguridad.
En un contexto más amplio, las percepciones sobre la migración en México revelan una realidad complicada. Un sondeo reciente de ACNUR muestra que el 85% de los mexicanos cree que los migrantes llegan al país por razones económicas, y el 48% sostiene que no se debería permitir su permanencia. A su vez, más de la mitad considera que la llegada de refugiados y migrantes incrementa la delincuencia, reflejando prejuicios y un desconocimiento significativo sobre las verdaderas causas que impulsan la migración.