En el Día Mundial Contra el Dolor, celebrado el 17 de octubre, se ha puesto de relieve la lucha que millones de personas enfrentan debido al dolor crónico. Según la Organización Mundial de la Salud, el 20% de la población mundial padece esta condición, siendo las mujeres las más afectadas, representando entre el 60% y 70% de los casos.
El dolor crónico incluye numerosos trastornos como migrañas, endometriosis, fibromialgia, coccigodinia y problemas de dolor musculoesquelético. Estos padecimientos no solo causan un sufrimiento físico y emocional considerable, sino que afectan gravemente la calidad de vida de quienes los sufren. Históricamente, estas condiciones han sido ignoradas o subestimadas, especialmente en mujeres.
El doctor Rubén Álvarez, de la Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud Vitoria, resalta la urgencia de abordar estas condiciones con seriedad. «Las pacientes con fibromialgia y endometriosis a menudo viven un dolor que no siempre es comprendido o valorado», señala. Subraya la importancia de diagnósticos precisos y tratamientos personalizados para mejorar la vida de los afectados.
El doctor Álvarez enfatiza que evitar la cronificación del dolor es crucial. «Iniciar un tratamiento adecuado tempranamente es esencial para que el dolor no se convierta en una limitación permanente», advierte. Los avances recientes en tratamientos para el dolor crónico permiten abordar distintos tipos de dolor con métodos especializados. Terapias como la radiofrecuencia, la neuromodulación y las infiltraciones están transformando el enfoque hacia estos padecimientos, proporcionando soluciones más efectivas.
A medida que se reflexiona sobre el impacto del dolor crónico, la comunidad médica continúa desarrollando estrategias más eficaces para su tratamiento. Los expertos destacan la importancia de un enfoque multidisciplinario que combine intervenciones farmacológicas con procedimientos técnicos avanzados, lo cual es clave para aliviar el sufrimiento de millones de personas en todo el mundo.