El reciente Real Decreto 1026/2024 ha entrado en vigor con el objetivo de promover la diversidad y la inclusión en los entornos laborales en España. Después de meses de intensas negociaciones con los agentes sociales, esta nueva normativa exige a las empresas con más de 50 empleados desarrollar un plan de igualdad LGTBI. Este plan tiene como finalidad asegurar la igualdad de oportunidades y eliminar cualquier forma de discriminación basada en la orientación sexual o identidad de género.
El decreto se propone erradicar los comportamientos LGTBIfóbicos a través de protocolos específicos que aborden el acoso y la violencia en el ámbito laboral. Ángela Antón, Legal Manager de Gi Group Holding, ha afirmado que estas medidas pretenden establecer un entorno seguro e inclusivo para todos los empleados. Además, la nueva normativa busca eliminar estereotipos tradicionales en los procesos de selección de personal, promoviendo contrataciones que se centren en la formación y la idoneidad de los candidatos, sin importar su orientación sexual o identidad de género.
Para llevar a cabo estas medidas, las empresas deberán basarse en la negociación colectiva. Aquellas que ya disponen de convenios colectivos, se verán en la necesidad de integrar las directrices del decreto en sus acuerdos actuales. En los casos donde no exista un convenio previamente establecido, será necesario formar una comisión negociadora que incluya a representantes de los trabajadores y de los sindicatos más representativos.
El incumplimiento del decreto podría tener consecuencias económicas significativas para las empresas, con sanciones que podrían llegar a los 150.000 euros, además de la imposibilidad de acceder a ayudas públicas por un periodo de un año. Esta legislación se sitúa dentro del marco más amplio de la ley 4/2023, cuyo objetivo principal es garantizar la igualdad real y efectiva para las personas trans y LGTBI.
Las empresas se ven así en la obligación de revisar y adaptar sus prácticas para ajustarse a esta normativa, asegurando de esta manera el respeto y la inclusión dentro de sus entornos laborales. Al hacerlo, no solo promueven un clima de trabajo más justo y equitativo, sino que también evitan posibles penalizaciones.