El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha urgido a la comunidad internacional a tomar medidas inmediatas ante la grave situación en Gaza, donde el bloqueo israelí amenaza con derivar en crímenes atroces, incluso genocidio. Türk ha recordado que los Estados tienen la obligación de prevenir tales crímenes según los Convenios de Ginebra y ha señalado que las políticas del gobierno israelí podrían conllevar la desaparición de la población palestina en el norte de Gaza. Además, destacó el deber de los Estados, establecido por la Convención sobre el Genocidio, de intervenir cuando el riesgo se hace evidente.
La situación en Gaza se complica tras la pérdida de contacto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el personal del hospital Kamal Adwan en Beit Lahia, que fue asaltado por las fuerzas israelíes. En el hospital se encontraban alrededor de 200 pacientes junto con cientos de refugiados. Antes del asalto, la OMS logró trasladar urgentemente a algunos pacientes al hospital Al-Shifa. Según el director de la OMS en Gaza, Kamal Adwan se encuentra en un caos total, con miles de civiles, especialmente mujeres y niños, huyendo desesperadamente.
UNICEF ha denunciado la crítica situación de los niños en Gaza. Desde el cierre del paso fronterizo de Rafah en mayo, solo 127 niños han logrado salir de la región para recibir atención médica. James Elder, portavoz de UNICEF, alertó que al ritmo actual de evacuación, se tardaría más de siete años en atender a los 2500 niños que requieren atención urgente, evidenciando que son víctimas no solo de los bombardeos, sino de un sistema que les niega atención médica vital.
En paralelo, la situación se agrava en las fronteras. Israel ha bombardeado los pasos fronterizos de Jussieh y Masnaa, en la frontera con Siria, por donde miles huyen de la guerra. Estos ataques han afectado áreas cercanas a oficinas de inmigración y centros de acogida de ACNUR, diseñados para brindar refugio a los desplazados. Hasta ahora, más de 430,000 personas han abandonado Líbano buscando seguridad.
En el ámbito de la salud mental, un informe del relator especial Olivier De Schutter subraya una crisis creciente, exacerbada por la obsesión por el crecimiento económico. Los pobres son hasta tres veces más propensos a padecer trastornos mentales que aquellos más acomodados. La precariedad laboral y las condiciones laborales adversas aumentan esta crisis, afectando incluso a profesionales cualificados debido a la presión constante por ser productivos.
Estos desafíos destacan la necesidad urgente de una respuesta internacional para abordar el sufrimiento en Gaza y combatir la desigualdad, así como los devastadores efectos sobre la salud mental de las comunidades vulnerables en todo el mundo.