En la reciente 16ª Cumbre de los BRICS, llevada a cabo en Kazán, Rusia, el Secretario General de la ONU, António Guterres, mantuvo un diálogo directo con el presidente ruso, Vladimir Putin, sobre la persistente invasión de Ucrania por parte de Rusia. Guterres aprovechó esta plataforma internacional para reafirmar su postura crítica, destacando que la acción militar rusa contraviene tanto la Carta de las Naciones Unidas como el Derecho internacional.
En sus declaraciones públicas, que también compartió a través de su cuenta en la plataforma de medios sociales X, Guterres subrayó la ilegalidad de la invasión y reiteró la necesidad urgente de una «paz justa». Según él, cualquier resolución al conflicto debe respetar los principios fundacionales de la ONU, así como las resoluciones previamente adoptadas por la Asamblea General. Esta postura recalca la importancia de respetar la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones involucradas.
Otro punto destacado de su intervención fue el llamado a reestablecer un acuerdo de seguridad marítima en el Mar Negro. Guterres manifestó su apoyo a la creación de un marco que garantice la libertad de navegación en esta región, especialmente crítica para la seguridad alimentaria mundial. La interrupción actual del transporte de productos agrícolas desde Ucrania, como consecuencia del conflicto, ha desatado una crisis alimentaria global, con un impacto negativo en los precios de los alimentos. La Iniciativa de Cereales del Mar Negro, liderada por la ONU y Turquía, había logrado abrir temporalmente estas vitales rutas comerciales, pero su expiración en julio de 2023 volvió a complicar la situación.
Tal como lo enfatizó Guterres, retomar la libertad de navegación en el Mar Negro es un paso crucial tanto para Ucrania como para Rusia. También expresó su reconocimiento por los esfuerzos de Turquía en intentar mediar y facilitar los acuerdos necesarios.
La reunión en Kazán fue una oportunidad más para que el Secretario General de la ONU hiciera un llamado a todas las partes implicadas, abogando por soluciones negociadas y pacíficas que respeten el Estado de derecho internacional. La comunidad internacional sigue observando atentamente estos esfuerzos mientras busca una resolución sostenible al conflicto que ha cambiado drásticamente las dinámicas políticas y económicas actuales.