El reciente lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) por parte de Corea del Norte ha desencadenado una fuerte condena internacional y ha intensificado las preocupaciones sobre la estabilidad de la región. El episodio tuvo lugar el 31 de octubre a las 7:11 hora local, cuando el misil voló durante una hora y 26 minutos, recorriendo aproximadamente 1,000 kilómetros y alcanzando una altitud superior a los 7,000 kilómetros antes de caer al mar. Las autoridades norcoreanas calificaron esta prueba como un paso «muy crucial» para actualizar su capacidad de misiles estratégicos.
Khaled Khiari, subsecretario general para Asia del Departamento de Asuntos Políticos de la ONU, advirtió que este lanzamiento supone una «grave amenaza» para la estabilidad regional y refuerza los temores de una posible escalada militar en la Península Coreana. Destacó que el Hwasong-19, el nuevo misil lanzado, ha establecido récords de duración y altitud, siendo el segundo ICBM de combustible sólido desarrollado por el régimen, lo que representa un significativo avance en su capacidad armamentística.
Khiari también expresó su preocupación por los riesgos que este lanzamiento presenta para la aviación civil internacional y el tráfico marítimo, dado que no se emitieron alertas de seguridad. A pesar de los reiterados llamamientos del Consejo de Seguridad para que Corea del Norte se abstenga de realizar nuevos lanzamientos, el país ha desoído las recomendaciones. Esta situación llevó al secretario general de la ONU, António Guterres, a condenar la acción e instar al país a buscar un enfoque diplomático para resolver las tensiones.
Paralelamente, la comunidad internacional está en alerta ante la creciente cooperación militar entre Corea del Norte y Rusia. El embajador de Estados Unidos en la ONU, Robert Wood, describió los lanzamientos de misiles como una flagrante violación de las resoluciones del Consejo y acusó a China y Rusia de proteger a Corea del Norte, permitiéndole continuar con sus pruebas. Por su parte, Japón mostró su preocupación al indicar que el último ICBM lanzado llegó peligrosamente cerca de su territorio, subrayando que esta situación constituye una de las amenazas más graves de Corea del Norte hacia la seguridad global.
La comunidad mundial se mantiene vigilante ante el desarrollo de estos eventos, mientras las tensiones continúan en aumento. Los líderes internacionales instan a Corea del Norte a comprometerse con el diálogo y cumplir con las resoluciones pertinentes para evitar un mayor deterioro de la seguridad en la región.