En 2022, la producción agrícola de la Unión Europea (UE) alcanzó un valor significativo de 524.000 millones de euros, según datos de Eurostat. Este impresionante valor destaca la vitalidad del sector agrícola europeo, con un predominio claro de los cultivos, que representaron el 55% del output total en comparación con un 40% generado por productos animales. El restante 5% provino de servicios agrícolas, reflejando la diversidad de actividades dentro del sector.
Cinco regiones de la UE, clasificadas según la Nomenclatura de Unidades Territoriales para Estadísticas (NUTS 2), demostraron su fortaleza económica al reportar un output agrícola que superó los 9.000 millones de euros. Andalucía, en España, lideró la lista con un output de 16.000 millones de euros, consolidándose como la región más productiva. La acompañaron Bretagne en Francia con 11.000 millones, Lombardia en Italia con 10.000 millones, y Weser-Ems en Alemania junto con Pays de la Loire en Francia, ambas reportando 9.000 millones de euros.
En una amplia mayoría de las 225 regiones NUTS 2, la producción de cultivos contribuyó a más de la mitad del valor total de la producción agrícola. Destacable es Andalucía, donde el output de cultivos alcanzó 13.000 millones de euros, una cifra muy superior a la de otras regiones como Zuid-Holland en los Países Bajos y Champagne-Ardenne en Francia, que aproximaron los 6.000 millones de euros.
Por el contrario, en 64 regiones de la UE, el output animal, que incluye tanto animales vivos como productos derivados, representó más del 50% del total agrícola. Bretagne, en Francia, se erigió como la líder en producción animal con un valor que superó los 7.000 millones de euros, seguida muy de cerca por Weser-Ems en Alemania y la región sur de Irlanda, ambas con cifras cercanas.
En particular, en 11 regiones europeas, al menos el 70% del output agrícola se originó de productos animales. Este fenómeno fue observado en regiones específicas como el sur y el norte y oeste de Irlanda, Cantabria y el Principado de Asturias en España, y Salzburgo y Vorarlberg en Austria, destacando su especialización en la producción animal. También se incluyeron en esta lista Valle de Aosta/Vallée d’Aoste en Italia, la Región Autónoma de Azores en Portugal, Weser-Ems en Alemania, Overijssel en los Países Bajos y Budapest en Hungría.
Estos datos subrayan la diversidad y variabilidad de la producción agrícola en Europa, donde las diferencias en las condiciones geográficas y climáticas favorecen el predominio de ciertos tipos de producción sobre otros en distintas regiones. Además, reflejan la importancia estratégica de ciertas áreas en la producción de productos animales, indicando una orientación productiva que puede influir en las políticas agrícolas y económicas de la región.