En 2023, la Unión Europea (UE) registró un total de 10,7 millones de nuevos automóviles de pasajeros, convirtiéndose en un reflejo del cambiante panorama del sector automotriz en el continente. Si bien los vehículos con motores de gasolina pura todavía lideran el mercado, con una cuota del 34,5%, el avance de las tecnologías híbridas y eléctricas ha sido significativo.
Los automóviles híbridos de gasolina no enchufables constituyeron un 21,1% de las nuevas matriculaciones, mientras que los vehículos eléctricos de batería única alcanzaron un impresionante 14,5%, superando levemente a los automóviles diésel puros, que representaron el 14,3%. Este cambio subraya un movimiento hacia opciones más limpias y ambientalmente sostenibles.
Durante la última década, de 2013 a 2023, se ha observado un notable crecimiento en las matriculaciones de coches eléctricos de batería única, casi alcanzando en 2023 la cuota combinada de los híbridos y eléctricos, comparada con los coches de gasolina pura y diésel puro. Este equilibrio indica que la transición hacia vehículos sostenibles es ya una realidad en el mercado europeo.
El análisis de las matrículas de nuevos coches de pasajeros resalta cómo algunos países han adoptado con más eficiencia estas tecnologías emergentes. Finlandia, por ejemplo, lidera el grupo con un asombroso 78% de sus nuevas inscripciones correspondientes a vehículos híbridos y eléctricos. Suecia y los Países Bajos también destacan con cifras superiores al 65% en este ámbito.
No obstante, no todos los países europeos siguen esta tendencia con la misma intensidad. Bulgaria, República Checa y Croacia tienen índices de adopción de tecnologías híbridas y eléctricas mucho más bajos, con un 7%, 20% y 28%, respectivamente. Esto plantea desafíos y oportunidades para implementar políticas y estrategias que fomenten el uso de vehículos más limpias.
Estos datos reflejan una tendencia diversificada y creciente en la adopción de tecnologías más sostenibles dentro del sector del transporte privado en Europa. Esta transformación ha sido impulsada tanto por políticas gubernamentales como por un notable cambio en las preferencias de los consumidores. Algunos países están destacándose en esta transición hacia la movilidad ecológica, posicionándose como líderes y ejemplos a seguir para el resto de la región.