El mundo del diseño de interiores enfrenta un cambio significativo conforme se acerca el año 2025, con un repaso de las tendencias que, según los expertos, están llamadas a desaparecer. Este pronóstico ha generado un aire de alivio entre los interioristas, quienes ven la oportunidad de volver a una decoración más auténtica y personal.
Una de las corrientes que se anticipa como obsoleta es el uso excesivo de colores neutros, especialmente el gris, que ha dominado los hogares en años recientes. Se prevé un giro hacia paletas más vibrantes y personalizadas, donde los colores reflejen la individualidad de quienes habitan esos espacios, infundiendo energía y carácter en la decoración.
El minimalismo extremo, que ha estado presente en numerosas casas modernas, también vislumbra su ocaso. Aunque la funcionalidad y la simplicidad son pilares del diseño, se anticipa un regreso a ambientes más cálidos y acogedores. Los interioristas apuestan por la inclusión de elementos decorativos que cuenten historias y aporten personalidad, desafiando la noción de que «menos es más».
Otro aspecto en declive es la popularidad de los muebles modulares. A medida que los consumidores buscan piezas únicas que resalten su estilo personal, se abre paso a un enfoque más curado en la selección de mobiliario, priorizando la artesanía y el diseño propio, en lugar de configuraciones estandarizadas.
La tendencia del espacio abierto en las casas, que se ha consolidado en los últimos años, también está en revisión. El interés creciente por crear zonas más definidas y con mayor privacidad señala un cambio de dirección. Los interioristas ven en esta transición una oportunidad para rediseñar los hogares, optimizando la intimidad y fomentando un ambiente acogedor.
Con el horizonte de 2025, los interioristas se preparan para redefinir la forma en que se conciben y viven los espacios. Las tendencias en desaparición allanan el camino hacia un diseño más personalizado y funcional, que busca establecer una conexión más profunda con las emociones y experiencias de sus habitantes. Así, el futuro de la decoración se presenta diverso y reflejante de la singularidad de cada persona.