A lo largo de este año, la protección de los derechos en línea ha sido un tema candente en el panorama político de Estados Unidos, impulsado especialmente por el avance del Kids Online Safety Act (KOSA). Este proyecto de ley, que logró la aprobación en el Senado por una amplia mayoría en julio, ha generado serias preocupaciones entre los defensores de la libertad de expresión y la privacidad. Sin embargo, su tendencia se ha visto frenada en la Cámara de Representantes, donde enfrentó una fuerte oposición encabezada por grupos como la Electronic Frontier Foundation (EFF).
El KOSA, que fue introducido por primera vez en 2022, permitiría a la Comisión Federal de Comercio (FTC) tomar acciones legales contra aplicaciones y sitios web que no implementen medidas adecuadas para restringir el acceso de los jóvenes a ciertos contenidos en línea. A lo largo del año, el proyecto ha sido objeto de diversas enmiendas y versiones, pero los críticos sostienen que los problemas fundamentales relacionados con la censura y la invasión a la privacidad no han sido plenamente abordados.
Una de las críticas más prominentes se centra en los imprecisos requerimientos de «deber de cuidado» que el KOSA impondría a los servicios en línea. Estas normativas podrían conducir a la implementación de sistemas de verificación de edad y restricciones de contenido que afectarían la libertad de expresión de los menores. Existe el temor de que el KOSA dé lugar a un régimen de censura que limite el acceso a información valiosa para los jóvenes, incluyendo recursos que les ayuden a enfrentar situaciones difíciles.
Los jóvenes que se dice que el proyecto busca proteger han manifestado su descontento. Según una encuesta realizada por la EFF, miles han destacado cómo las redes sociales son vitales para su aprendizaje y sentido de comunidad. Un adolescente de 15 años expresó que el acceso a estas plataformas ha sido esencial para su desarrollo personal, advirtiendo que el KOSA representaría un retroceso significativo en sus libertades.
A pesar de que las versiones recientes del KOSA han incorporado modificaciones, los opositores insisten en que estos cambios no solucionan los problemas centrales de censura. Las enmiendas propuestas en la Cámara de Representantes solo han realizado alteraciones superficiales, dejando intactas las inquietudes sobre la aplicación de la ley a las grandes plataformas que dominan el discurso digital.
Los esfuerzos recientes por ajustar el KOSA han suscitado críticas similares, al no garantizar la protección efectiva de las opiniones de los usuarios. Las últimas modificaciones aún permiten interpretaciones amplias que podrían resultar en restricciones mayores sobre la disponibilidad de contenido en línea.
La presión para que el KOSA sea aprobado no cesa, y los defensores de la libertad de expresión se preparan para persistir en la lucha en 2025. Con la posibilidad de que se implementen requisitos de verificación de edad en plataformas, las preocupaciones sobre la privacidad de los usuarios se intensifican. En medio de este debate, queda por determinar cómo equilibrar los intereses de la protección infantil con los derechos fundamentales de libre expresión en el entorno digital. La EFF ha agradecido a sus seguidores por su compromiso en esta causa y ha reafirmado su dedicación a la defensa de la privacidad y la libertad en línea en el próximo año.