Cinco Claves Para Enfrentar la Crisis Climática en 2025

María MR

El evento climático más esperado, la COP30, se llevará a cabo del 10 al 21 de noviembre de 2025 en la selva amazónica de Brasil, un lugar emblemático para abordar desafíos ambientales. En esta cumbre se explorarán temas cruciales para la supervivencia del planeta, en un momento en que la crisis climática exige respuestas contundentes y coordinadas. Los organizadores anticipan oportunidades significativas para lograr avances importantes en asuntos relacionados con el clima, destacando la necesidad de reducir los alarmantes niveles de contaminación por plástico y asegurar el financiamiento necesario para iniciar una transición hacia una economía global más sostenible.

Uno de los ejes centrales de la COP30 será el compromiso de limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales. Este objetivo, respaldado por la ONU, se considera fundamental para prevenir consecuencias catastróficas, especialmente para las naciones insulares y otros “Estados de primera línea” que se encuentran amenazados por el aumento del nivel del mar. En esta cumbre, se espera que los países asistentes presenten compromisos más ambiciosos en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, bajo la premisa de que las promesas actuales son insuficientes.

La elección de Brasil como sede de la COP30 resuena con un renovado compromiso hacia la protección del medio ambiente, recordando la histórica “Cumbre de la Tierra” de 1992 que sentó las bases para los tratados sobre cambio climático. La selva amazónica, que desempeña un papel crucial en la absorción de dióxido de carbono, será el telón de fondo para discusiones sobre la deforestación y el desarrollo sostenible.

Además, el tema de la financiación para los países en desarrollo ocupará un lugar destacado en la agenda. Muchos de estos Estados enfrentan serias dificultades para dejar atrás la dependencia de los combustibles fósiles. Durante la COP29, celebrada en Bakú, se alcanzó un acuerdo para triplicar el financiamiento climático destinado a estos países, aunque los expertos advierten que se requiere un esfuerzo mucho mayor para abordar adecuadamente la crisis climática.

Otro aspecto relevante será el papel de la Corte Internacional de Justicia, que está evaluando las obligaciones de los Estados en materia de cambio climático. Este proceso podría llevar a reformas en el derecho internacional climático, ya que la Corte ha estado revisando testimonios de diversas naciones que pueden influir en futuros acuerdos globales.

Por último, la creciente contaminación plástica será otro de los frentes prioritarios de discusión. Durante las negociaciones en Busan, Corea del Sur, se realizaron avances significativos hacia la creación de un acuerdo mundial para combatir este problema, con un enfoque en establecer un marco legal que regule la producción y el uso de plásticos, abarcando su ciclo de vida completo y garantizando la implementación de medidas efectivas contra la contaminación.

Con la COP30 en el horizonte, el mundo observa con expectación si las naciones son capaces de proporcionar respuestas efectivas y sostenibles a los retos que plantea la crisis climática, un fenómeno que no solo exige atención inmediata, sino también un compromiso conjunto y decidido para asegurar un futuro viable para todos.