La situación en Haití se torna cada vez más crítica, con un llamado urgente a la comunidad internacional para abordar la creciente crisis humanitaria que afecta a la población infantil del país. Geetanjali Narayan, representante del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) en Haití, ha subrayado que la nación caribeña necesita no solo paz y estabilidad, sino también recursos financieros para afrontar los efectos devastadores de la pobreza y la violencia desmedida de las pandillas.
En un comunicado emitido el viernes, Narayan reveló que más de medio millón de niños en Haití no están recibiendo el apoyo educativo necesario debido a la falta de financiación por parte de los donantes. Esta carencia se ve agravada por la reciente terminación de las subvenciones estadounidenses que financian programas humanitarios y de desarrollo, dejando a millones de menores en riesgo de desnutrición, enfermedades prevenibles y falta de acceso a la educación.
Los ataques de las pandillas contra escuelas y centros educativos son cada vez más frecuentes, con al menos 47 instituciones destruidas en solo un mes, según Narayan. En 2024, se han contabilizado un total de 284 escuelas destruidas, lo que ha llevado a que uno de cada siete niños haitianos esté actualmente sin acceso a la educación. Esta situación plantea una amenaza crítica, ya que la educación es vista como una de las últimas esperanzas para muchos niños en el país.
Además de la destrucción física de los centros educativos, los ataques han causado un trauma significativo en los estudiantes, quienes a menudo quedan paralizados por el miedo. Narayan ha citado casos en los que niños han sido testigos de la violencia en las escuelas, lo que agrava la crisis mental y emocional que enfrentan.
El reclutamiento de niños por parte de grupos armados ha aumentado un 70% en el último año, con hasta la mitad de los miembros de estas bandas siendo niños, algunos tan solo de ocho años. Sin acceso a la educación, estos pequeños se vuelven más vulnerables a la explotación y al reclutamiento forzado.
UNICEF ha estado llevando a cabo intervenciones educativas, incluyendo la rehabilitación de escuelas dañadas y el establecimiento de espacios de aprendizaje temporales. Sin embargo, Narayan ha señalado que estas iniciativas están apenas financiadas en un 5% en relación a las necesidades reales del país. La organización ha solicitado 38 millones de dólares para asegurar que 600.000 niños puedan continuar su educación en medio de esta crisis.
La educación sigue siendo un salvavidas para las familias haitianas, quienes invierten parte de sus escasos recursos en la escolarización de sus hijos. A medida que la crisis se profundiza, la comunidad internacional se enfrenta a la urgencia de actuar para proporcionar los fondos necesarios que garantizan la educación y el bienestar de los niños en Haití.
