El reciente descubrimiento de restos humanos calcinados en un rancho del estado de Jalisco, México, ha reavivado el angustiante tema de las desapariciones forzadas relacionadas con el crimen organizado en el país. Esta situación ha llevado a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU a expresar su preocupación, resaltando la gravedad de la crisis de derechos humanos que atraviesa México.
El rancho en cuestión, presuntamente vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación, fue hallado por colectivos de familiares que buscan a sus seres queridos desaparecidos. Las investigaciones preliminares indican que este lugar habría operado como un centro de reclutamiento para jóvenes, quienes, en condiciones inhumanas y bajo falsas promesas de empleo, eran sometidos a entrenamientos obligatorios. Según los testimonios, aquellos que se resistían o no cumplían con las exigencias del cártel eran asesinados, lo que explica la aparición de restos humanos y huesos carbonizados en el sitio.
Es alarmante que el rancho ya había sido objeto de una operación por parte de la Guardia Nacional y la Fiscalía del Estado de Jalisco en septiembre de 2024, sin que se detectaran las evidencias encontradas posteriormente. Ante esta omisión, la portavoz de la ONU, Liz Throssell, hizo un llamado a las autoridades para que revisen el desempeño de las fuerzas de seguridad durante esa primera intervención.
La Oficina del Alto Comisionado ha instado a realizar investigaciones exhaustivas, independientes e imparciales sobre los delitos perpetrados en el rancho. Además, ha enfatizado la importancia de involucrar a las familias de las víctimas en todos los procesos de búsqueda, investigación y rendición de cuentas. Asimismo, ha solicitado al Gobierno mexicano que implemente medidas preventivas más efectivas y garantice la protección y el apoyo necesario para las familias afectadas, quienes merecen conocer la verdad y obtener justicia en medio de esta alarmante crisis de desapariciones.