Los legisladores de California han iniciado el debate sobre un controvertido proyecto de ley, el A.B. 412, que exigiría a los desarrolladores de inteligencia artificial (IA) rastrear y comunicar todas las obras con derechos de autor empleadas en el entrenamiento de sus modelos. Aunque a primera vista esta medida parece un paso positivo hacia la transparencia, sus implicaciones podrían resultar extremadamente desafiantes, en especial para las pequeñas startups y desarrolladores, al tiempo que podría beneficiar a las grandes corporaciones tecnológicas.
La propuesta genera serias preocupaciones para las pequeñas empresas del ámbito de la IA. Mientras que las grandes corporaciones disponen de abundantes recursos y medios para mantenerse en la esfera pública, muchas startups, que suelen contar con menos de diez empleados y trabajan en nichos específicos, se enfrentan al reto de cumplir con requisitos que podrían resultar abrumadores. La identificación de materiales protegidos por derechos de autor en el proceso de entrenamiento de IA, incluso si se limita a las obras registradas en la Oficina de Derechos de Autor de EE.UU., representa una tarea ardua. Este sistema de registro es conocido por su complejidad y falta de accesibilidad, dificultando la identificación de autores y la coincidencia de obras.
Si la ley A.B. 412 llega a aprobarse, muchas pequeñas startups podrían verse obligadas a desviar recursos limitados para cumplir con normativas complicadas, en lugar de concentrarse en la innovación y la creación. La amenaza de enfrentar demandas por infracción de derechos de autor podría desincentivar a nuevos emprendedores a aventurarse en el mercado.
Expertos en la materia argumentan que la base sobre la cual se fundamenta el A.B. 412 es errónea y perjudicial para el interés público. Se sostiene que actividades como la lectura, el raspado o la búsqueda de contenido en la web abierta no deberían realizarse sin compensación económica. Sin embargo, muchas de estas acciones son consideradas uso justo, de acuerdo con los principios del derecho en internet, donde ciertos tipos de copia de contenido son transformativos y legalmente permitidos.
El sistema de derechos de autor de Estados Unidos busca equilibrar la innovación con los derechos de los creadores, y aún se están discutiendo en los tribunales cómo aplicar estos derechos en la formación de IA. El A.B. 412, sin embargo, parece adelantar esta discusión e impone estándares vagos y excesivamente amplios que probablemente traerán más perjuicios que beneficios.
Además, este proyecto de ley podría consolidar aún más el control en manos de las grandes tecnologías, que ya poseen los recursos para navegar en entornos legales complejos y cumplir con los requisitos impuestos. En contraste, los desarrolladores pequeños podrían verse desplazados del mercado o forzados a entrar en alianzas que comprometan su independencia, lo que resultaría en menor competencia y menos innovación.
Si el A.B. 412 se aprueba en una versión que no solucione estos problemas prácticos, se podría obligar a los programadores a investigar y pagar a los propietarios de derechos antes de siquiera escribir su primer código. Las grandes empresas tecnológicas aplaudirían tal situación, ya que disminuiría drásticamente las oportunidades para startups y desarrolladores independientes, limitando la competencia y asegurando que los beneficios de estas grandes corporaciones se mantengan inalterados por generaciones.
Los residentes de California interesados en expresar sus opiniones sobre el A.B. 412 pueden ponerse en contacto con sus legisladores a través de los canales pertinentes.