Mortalidad Materna en Gaza y Haití: Análisis de la Situación

Silvia Pastor

Los recientes recortes en la ayuda internacional podrían agravar drásticamente los índices de mortalidad materna, alcanzando niveles alarmantes similares a los observados durante las peores etapas de una pandemia, según alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS). La situación es particularmente preocupante para las mujeres embarazadas en zonas de conflicto, donde el riesgo de morir durante el embarazo y el parto se multiplica por cinco en comparación con otras regiones.

A pesar de que las muertes relacionadas con el embarazo y el parto han disminuido un 40% a nivel global entre 2000 y 2023, los expertos advierten que esta tendencia positiva es vulnerable; los avances se han estabilizado desde 2016. Para el presente año, se estima que 260,000 mujeres han perdido la vida por complicaciones vinculadas a la gestación. Bruce Aylward, subdirector general de la OMS, enfatizó que los recortes en la financiación podrían no solo comprometer los logros alcanzados, sino que arriesgan la reversión de décadas de mejora en la atención materna.

La situación en Gaza es especialmente crítica. Con un total de aproximadamente 55,000 mujeres embarazadas en la región, un tercio de ellas enfrenta embarazos de alto riesgo. Además, muchos recién nacidos presentan complicaciones de salud. Las condiciones deterioradas del sistema de salud en Gaza se han visto exacerbadas por el bloqueo israelí, que ha resultado en una escasez alarmante de suministros médicos esenciales.

En otro frente, Haití se encuentra atrapada en una grave crisis humanitaria, con la violencia de pandillas cobrando la vida de al menos 262 personas en solo dos meses. Los grupos criminales han desplegado tácticas brutales para expandir su control territorial, lo que ha provocado un aumento en el número de desplazados y ha intensificado la inestabilidad en el país.

Finalmente, un informe reciente de la Oficina de la ONU para la Droga y el Delito ha resaltado una preocupante conexión entre la deforestación y el crimen organizado. Actividades ilícitas como la minería y el tráfico de drogas están vinculadas a la tala indiscriminada de bosques, poniendo en riesgo no solo el medio ambiente, sino también alimentando las redes delictivas en varias regiones. Esta realidad demanda acciones urgentes para mitigar la mortalidad materna y para abordar de manera efectiva la violencia y el crimen organizado que afectan la vida de miles de personas en distintas partes del mundo.