En el noroeste de Tailandia, las comunidades de Mae Hong Son y Tak enfrentan una amenaza preocupante a su delicada relación con la naturaleza, la cual ha sido fundamental para su vida y cultura durante siglos. Estas poblaciones, que dependen de sus ríos y bosques, han alzado la voz en defensa de su entorno ante las propuestas de desvío y represa del río Yuam y sus afluentes. Este llamado a la acción se produce en un contexto más amplio, donde el informe «2025 Interconnected Disaster Risks» de la Universidad de las Naciones Unidas pone de manifiesto cómo las catástrofes pueden interrelacionarse y cómo los comportamientos humanos influyen en estos eventos.
Los habitantes de estas regiones, incluidos miembros del pueblo indígena Karen y de la comunidad Thai Lanna, han expresado su profundo compromiso con la protección de su medio ambiente. Singkarn Ruenhom, un pescador de la comunidad Lanna, destaca la vitalidad del río para su forma de vida, afirmando que proteger el ecosistema acuático va más allá de consideraciones económicas, reflejando su conexión espiritual con la naturaleza. «Cuando me meto en el agua me siento feliz. Es la sensación de que he llegado a mi hogar», menciona, evidenciando cómo la naturaleza ha tejido una parte fundamental de su identidad personal y cultural.
Dao Phrasuk Moepoy, activista de la comunidad Karen, también hace hincapié en la interconexión de su existencia con el entorno natural. Explica que la vida de su comunidad está irremediablemente atada tanto al bosque como al río, y advierte que cualquier intento de alterar estos elementos podría devastar sus formas de vida tradicionales y culturales. «Si alguien quiere hacer algo a la naturaleza, debe pensar detenidamente», resalta Dao, subrayando que la pérdida de estos recursos sería irreversible.
La situación en Mae Hong Son y Tak se sitúa en el cruce entre una creciente amenaza por el desarrollo y un llamado a la conservación. El informe de la Universidad de las Naciones Unidas destaca la urgencia de redefinir nuestros valores y prioridades en un mundo que se enfrenta a desafíos ambientales cada vez mayores, haciendo un llamado a considerar el bienestar de las comunidades que conviven en armonía con la naturaleza como un pilar de un futuro sostenible. Así, la lucha por proteger estos espacios naturales, y por ende la forma de vida de sus habitantes, continúa siendo una batalla de gran significado y relevancia.