La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha dado a conocer la incorporación de 74 nuevos elementos a su Registro Memoria del Mundo, entre los que destacan la Declaración Universal de los Derechos Humanos y archivos del célebre naturalista británico Charles Darwin. Estas nuevas inscripciones evidencian la rica y diversa herencia documental de valor universal, presentada por 72 países y cuatro organizaciones internacionales.
Los documentos recién añadidos abarcan una amplia variedad de temas, que van desde la revolución científica hasta las contribuciones de las mujeres a lo largo de la historia, así como momentos clave del multilateralismo. De las nuevas colecciones, catorce se centran específicamente en el patrimonio documental científico. El Registro incluye una heterogeneidad de formatos, tales como libros, manuscritos, mapas, fotografías y grabaciones, que testimonian el patrimonio común de la humanidad. Sin embargo, muchos de estos objetos son sumamente frágiles y están en riesgo de deteriorarse.
Guilherme Canela, director de la División de Inclusión Digital y Políticas y Transformación Digital de la UNESCO, subrayó la relevancia del Registro, al compararlo con la tabla periódica de los elementos, en lo que respecta a su función en la comprensión del legado humano en diversos campos. Esta iniciativa se propone crear un «mapa diversificado» que refleje todo lo producido por la humanidad en áreas como la literatura, la historia, la ciencia y la filosofía.
Entre las inscripciones más destacadas se encuentra el Itḥāf Al Mahbūb, que pone de relieve la contribución del mundo árabe a la astronomía durante el primer milenio. Asimismo, se incluyen archivos de personajes históricos como Friedrich Nietzsche y Wilhelm Conrad Roentgen, cuyos aportes han dejado huellas perdurables en sus respectivos ámbitos. El registro también aborda la memoria de la esclavitud, con aportaciones de varios países, así como los archivos de mujeres influyentes que han sido tradicionalmente subrepresentadas en el contexto cultural y educativo.
Este nuevo impulso hacia la preservación del patrimonio documental forma parte de un programa establecido en 1992 por la UNESCO, cuyo objetivo es garantizar que las colecciones y documentos de valor incalculable sean preservados de manera adecuada y estén accesibles para las futuras generaciones.