Superando la Crisis: 52.000 Vidas Perdidas en Una Década

María MR

Desde 2014, más de 52.000 migrantes han perdido la vida en su intento por escapar de crisis humanitarias, según un reciente informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). El reporte destaca que, en total, se han documentado más de 72.000 muertes y desapariciones en rutas migratorias en todo el mundo durante este periodo, con casi el 72% de estas tragedias afectando a personas de países en condiciones críticas.

Las estadísticas son alarmantes: más de 39.000 muertes se han registrado en zonas de conflicto, donde las personas enfrentan situaciones extremadamente peligrosas. Además, alrededor de 13.500 migrantes han fallecido tratando de huir de guerras o desastres naturales. La directora general de la OIM, Amy Pope, ha señalado que estos números son un doloroso recordatorio de los desesperados esfuerzos de las personas cuando la inseguridad y la falta de oportunidades les cierran todas las puertas.

Particularmente preocupante es la situación en el Mediterráneo, que se mantiene como la ruta migratoria más mortal, con aproximadamente 25.000 desaparecidos en el mar. Asimismo, el informe detalla que más de 3.100 rohinyas de Myanmar han muerto en naufragios o durante intentos de cruzar hacia Bangladesh. En las Américas, al menos 11.154 migrantes han perdido la vida en su camino.

El año 2024 se ha clasificado como uno de los más trágicos en términos de muertes de migrantes, superando las 8.700 muertes por segundo año consecutivo. Julia Black, coordinadora del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, advierte que los migrantes a menudo son ignorados en las estadísticas y que el número real de muertes podría ser incluso mayor, dada la falta de datos precisos, especialmente en zonas afectadas por la guerra y el desastre.

La OIM ha enfatizado la necesidad urgente de establecer vías migratorias seguras, legales y ordenadas. Amy Pope destaca la importancia de invertir en la creación de estabilidad y oportunidades en las comunidades de origen, para que la migración se considere una opción y no una necesidad. La organización hace un llamamiento a los Estados y a los socios humanitarios para que colaboren en la atención de las crisis, asegurando que los migrantes no sean excluidos y que tengan acceso a asistencia y servicios de salud, así como a sistemas de datos que rastreen y protejan a las personas en riesgo.