En un mundo enfrentado a retos económicos y geopolíticos, Powy se posiciona como un actor clave en la transición hacia una movilidad eléctrica sostenible. Esta empresa, dedicada al desarrollo y gestión de infraestructuras de recarga para vehículos eléctricos (VE), reafirma su compromiso como facilitador de una movilidad más limpia y accesible.
La proliferación del vehículo eléctrico es un fenómeno a nivel global. En 2024, se vendieron más de 17 millones de unidades, evidenciando un crecimiento del 26% respecto al año anterior, alcanzando una cuota de mercado del 20%. Sin embargo, esta expansión es desigual según las regiones. China lidera el camino con una penetración superior al 50%, mientras que Europa presenta un desarrollo fragmentado y Estados Unidos apenas supera el 10%. En este panorama, Powy se dedica a cerrar las brechas en acceso, conectividad y confianza dentro del ecosistema eléctrico.
Ignacio Capurro, Country Manager de Powy en España, resalta que la misión de Powy va más allá de la simple electrificación del transporte. «Cada punto de carga que desplegamos es más que infraestructura: es confianza, es acceso, es futuro», afirma. Esto implica no solo ofrecer una variedad de modelos de vehículos, sino también garantizar una red de carga fiable y extensa.
La empresa se enfrenta a importantes barreras que dificultan la adopción del vehículo eléctrico, como la insuficiencia de puntos de carga rápida y la disparidad en el acceso entre zonas urbanas y rurales. También se propone mitigar la ansiedad de los usuarios en relación a la autonomía de sus automóviles.
Con un enfoque en la anticipación, sostenibilidad e innovación, Powy busca conectar territorios, personas y oportunidades. Su compromiso va más allá del ámbito energético, promoviendo que la movilidad eléctrica sea una opción accesible para millones, sin importar su ubicación.
A medida que prosigue la transformación hacia la movilidad eléctrica, Powy se establece como un líder proactivo. La empresa implementa soluciones tangibles y escalables que reflejan que la transición energética no solo es necesaria, sino también viable. «Invertir en movilidad eléctrica hoy es aportar a un mundo más resiliente y justo», concluye Capurro.