Un nuevo conjunto de prácticas agrícolas ha sido reconocido por la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) como parte de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM). Entre las últimas incorporaciones se encuentran un sistema agroforestal que cultiva hierba mate en Brasil, tres sitios en China dedicados a mejillones, té blanco y peras, así como un sistema ancestral en México que preserva cultivos esenciales y la biodiversidad. Con estas nuevas adiciones, la FAO ahora cuenta con un total de 95 sistemas en 28 países.
El director de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente de la FAO destacó que estos sistemas representan ejemplos de resiliencia ante la volatilidad climática y la pérdida de biodiversidad. «Son puntos brillantes que demuestran cómo las comunidades pueden utilizar conocimientos tradicionales para abastecerse de alimentos y proteger sus modos de vida,» afirmó. Estos métodos ancestrales no solo han perdurado a lo largo de los años, sino que también ofrecen lecciones valiosas en un contexto de desafíos medioambientales crecientes.
Uno de los sistemas más destacados es el de Lanzarote, en las Islas Canarias, donde los agricultores han ingeniosamente adaptado su forma de cultivar al paisaje volcánico. Utilizan fragmentos de lava y arena para retener la humedad y regular la temperatura del suelo, lo que les permite cultivar una variedad de productos como uvas y boniatos en una de las regiones más áridas de Europa.
En México, el sistema Metepantle, que ha funcionado durante tres mil años, es un mosaico de terrazas donde se cultivan maíz, agave y otras especies. Este sistema es un testimonio del conocimiento indígena que fomenta la biodiversidad y asegura la soberanía alimentaria en un área vulnerable al clima.
La tradición de cultivar hierba mate en Brasil se ha mantenido viva a lo largo de los siglos. Este sistema no solo promueve la soberanía alimentaria y la identidad cultural, sino que también protege el bosque de araucarias, un ecosistema en peligro.
La FAO también reconoce la importancia de los sistemas agrícolas en China. En Deqing, se mantiene un antiguo sistema de co-cultivo que combina acuicultura y agricultura, sosteniendo a más de 22,000 personas. Por otra parte, en la ciudad de Shichuan, un sistema agroforestal de 600 años, resistente a sequías, integra perales y cultivos, contribuyendo a la seguridad alimentaria de la región.
Estos sistemas agrícolas no solo son modos de producción, sino que también representan la sabiduría acumulada a lo largo de generaciones, subrayando la importancia de la conexión entre la agricultura, la biodiversidad y las comunidades locales.