ACNUR Pide Ayuda Inmediata para Abordar la Crisis Humanitaria en el Congo

María MR

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha emitido un urgente llamado de ayuda por 40,4 millones de dólares para enfrentar la creciente crisis humanitaria en la República Democrática del Congo (RDC) y sus efectos en los países vecinos, especialmente en Burundi. Desde el inicio de los intensos combates en el este del país, se ha reportado que más de 40.000 refugiados congoleños, predominantemente mujeres y niños, han cruzado a Burundi desde febrero. Esta semana, incluso se registraron más de 9.000 llegadas en un solo día.

Los refugiados arriesgan sus vidas utilizando embarcaciones improvisadas para navegar el peligroso río Rusizi, que delimita la frontera entre Burundi, la RDC y Rwanda. La situación en Burundi es crítica, como lo ha manifestado Brigitte Mukanga-Eno, representante de ACNUR en el país, durante una reciente conferencia de prensa en Ginebra. Mukanga-Eno ha enfatizado que la escalada de la inseguridad en la RDC está impactando de manera severa a Burundi, señalando un flujo inusitado de congoleños buscando asilo.

El gobierno burundiano ha decidido otorgar estatus de refugiado prima facie a quienes escapan de la violencia, brindando protección inmediata. Sin embargo, la avalancha de refugiados ha llevado a un agotamiento de los recursos locales, lo que genera preocupaciones sustanciales sobre la capacidad del país para manejar esta crisis. Mukanga-Eno ha indicado que el país nunca había enfrentado una llegada tan masiva de refugiados en tan corto tiempo, lo que aumenta la presión tanto en el gobierno como en las organizaciones humanitarias.

De los más de 40.000 refugiados, solo 6.000 llegaron a través del puente oficial de Bujumbura, mientras que más de 36.000 cruzaron por el río. Muchos de ellos llegan en estado crítico, habiendo realizado largas caminatas. Mukanga-Eno compartió la desgarradora historia de una madre que llegó sin saber que sus hijos ya habían fallecido, un reflejo del sufrimiento extremo que viven estos migrantes.

El gobierno de Burundi ha adaptado el Estadio Rugombo y varios centros educativos e iglesias como refugios temporales, pero estos lugares están desbordados y las condiciones son inseguras debido a su cercanía a la frontera. Mukanga-Eno destacó que las condiciones para acoger a los refugiados son muy limitadas, aunque ya se han encontrado terrenos para asentamientos más sostenibles en el futuro.

ACNUR también ha señalado una grave escasez de alimentos, agua y servicios sanitarios. Se han registrado casos de sarampión entre los nuevos refugiados, lo que ha impulsado una campaña de vacunación de emergencia para niños menores de 15 años. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha proporcionado tanques de agua, mientras que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha iniciado la distribución de alimentos.

Los servicios médicos en la región se encuentran al borde del colapso. Médicos Sin Fronteras está operando una clínica móvil para atender a los refugiados que sufren desnutrición, enfermedades y traumas, muchos de los cuales han experimentado violencia extrema antes de su llegada a Burundi y requieren atención psicosocial urgente.

Si bien Burundi está lidiando con la mayor afluencia de refugiados, otros países vecinos como Uganda han reportado también un aumento en las llegadas, con más de 13.000 refugiados hasta la fecha. En Tanzania, recientemente, 53 congoleños solicitaron asilo, marcando un inusual aumento en este movimiento.

El pedido de 40,4 millones de dólares por parte de ACNUR tiene el objetivo de proporcionar asistencia vital a 275.000 desplazados en la RDC y apoyar a 258.000 refugiados y repatriados que se espera lleguen a Burundi, Rwanda, Tanzania, Uganda y Zambia. Mukanga-Eno subrayó que el objetivo original era atender a 58.000 personas, pero ya se han recibido más de 40.000, lo que resalta la urgencia de recaudar los fondos solicitados.