El mercado agroalimentario global se encuentra atravesando una etapa de notable volatilidad, caracterizada por el ascenso de precios récord en ciertos productos y caídas inesperadas en otros. Según un análisis reciente de Areté, empresa dedicada a la inteligencia agroalimentaria, la inflación y los desequilibrios entre oferta y demanda continúan impactando gravemente en materias primas esenciales, lo cual ha generado fluctuaciones significativas en los precios.
Entre los productos que han sufrido un aumento notable se encuentra el café arábica, que ha visto un incremento del 80% en comparación con el año anterior y un asombroso 200% desde 2020. Este aumento se atribuye a la disminución en la producción en Brasil, uno de los principales productores mundiales, así como a un déficit global de suministro que está afectando a los consumidores.
El cacao, por su parte, también se ha visto envuelto en la marea de alta volatilidad de precios, con un aumento del 70% interanual. Este crecimiento responde a las existencias limitadas y a riesgos climáticos que amenazan la producción en diversas regiones productoras.
Uno de los aumentos más destacados ha sido el del aceite de coco, que ha incrementado en un 80% respecto al año anterior. Este aumento es, en gran medida, resultado de la reducción en las exportaciones desde Filipinas, que cayeron un 10% en enero, así como por tensiones persistentes en el comercio marítimo en el sudeste asiático. Por su parte, el aceite de palma ha alcanzado precios no vistos desde 2022 con un aumento del 23% en febrero, impulsado por la baja producción en Malasia y dificultades logísticas en el Canal de Suez.
En el sector del tomate, Italia ha conseguido establecer un acuerdo histórico para el precio del tomate procesado, fijado en 145 euros por tonelada, lo que representa un 25% por encima de la media de los últimos cinco años. Sin embargo, las proyecciones apuntan a una posible disminución de la producción en la campaña 2025/26.
Situaciones contrastantes se observan en Argentina, donde los precios del maní han registrado una caída del 28% desde su pico en 2024, impulsada por expectativas de una cosecha récord y la eliminación de derechos de exportación.
En la industria láctea europea, la mantequilla continúa con una tendencia a la baja, habiendo disminuido su precio en un 14% desde diciembre pasado debido a una menor demanda y a la competencia de precios en el mercado global.
A este complejo panorama se suma el inicio de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, marcada por la imposición de nuevos aranceles y contra-aranceles. Hasta el momento, este conflicto no ha influido en el comercio de soja, un cultivo fundamental para la economía agrícola estadounidense.
Estos cambios evidencian un entorno complejo y dinámico para la agroindustria global, donde factores climáticos, económicos y geopolíticos juegan un papel decisivo en la evolución de los mercados.