Aumento de Fatalidades Viales en 2022 Tras una Larga Declinación

Silvia Pastor

En el año 2022, la Unión Europea experimentó un preocupante incremento en el número de víctimas mortales en accidentes de tráfico, alcanzando la cifra de 20.889 fallecimientos, lo que representa un aumento del 3,6% con respecto a 2021. El promedio de muertes en carretera fue de 46 por cada millón de habitantes, reflejando un repunte tras una tendencia a la baja que se había observado en años anteriores.

El análisis de las diferentes regiones europeas, según el sistema de nomenclatura de unidades territoriales para estadísticas (NUTS 2), revela disparidades significativas en la tasa de mortalidad vial. Alentejo en Portugal registró la incidencia más alta, con 149 muertes por millón de habitantes, seguido de las regiones griegas de Notio Aigaio e Ionia Nisia, con 131 y 127 muertes respectivamente.

Por otra parte, algunas regiones urbanas y capitales lograron mantener cifras notoriamente más bajas. Åland en Finlandia no reportó muertes en carretera, mientras que la región capital de Estocolmo en Suecia registró 7 muertes, y las capitales Viena en Austria y Berlín en Alemania informaron de 9 muertes cada una, destacándose así como ejemplos de éxito en seguridad vial.

Pese al reciente incremento, en más del 80% de las regiones de la UE la tasa de mortalidad en carretera ha disminuido entre 2012 y 2022. Destaca la región de Norra Mellansverige en Suecia, con una caída del 62,9%, seguido de Małopolskie en Polonia y Salzburgo en Austria, que registraron descensos superiores al 60%.

No obstante, 37 regiones de la UE experimentaron un aumento en la mortalidad vial en el mismo periodo. Cantabria en España, Severen tsentralen en Bulgaria, Voreio Aigaio en Grecia, la Región Autónoma de Azores en Portugal y Malta mostraron incrementos alarmantes de al menos el 50%, siendo Malta el caso más severo con una duplicación de su tasa.

Estos datos reflejan la necesidad imperiosa de continuar y reforzar los esfuerzos para mejorar la seguridad vial en toda Europa. Las disparidades en las cifras subrayan la urgencia de adoptar medidas eficaces y compartir buenas prácticas entre las regiones, con el fin de revertir esta preocupante tendencia y proteger la vida de miles de ciudadanos.