Autorretrato de Rosario Weiss Resplandece en el Prado junto a Maestros del Arte Español

María MR

El reciente descubrimiento y adquisición por parte del Museo del Prado de un autorretrato de Rosario Weiss representa un avance significativo en la restauración del legado de esta notable artista, cuyo papel en la historia del arte español ha suscitado un renovado interés. Rosario Weiss, que durante su infancia en el exilio en Burdeos fue discípula y cercana a Francisco de Goya, desarrolló un talento excepcional en un contexto histórico en el que las mujeres artistas enfrentaban numerosos desafíos. A pesar de su corta vida, falleciendo a los 29 años, su obra se caracteriza por la sensibilidad de sus retratos y la originalidad en la composición de escenas, muchas veces con un tinte político.

El autorretrato, que hasta ahora se consideraba perdido, capta a una joven Weiss en la plenitud de su talento. En la pintura, se presenta como una alegoría de la Atención, con una mirada penetrante que revela una profunda introspección, evidenciando su habilidad para explorar la psicología del modelo, en este caso ella misma. Esta obra fue presentada en 1841 junto a la alegoría del Silencio en una exposición de la Société Philomatique de Burdeos, pero luego desapareció, mientras que El Silencio pasó a formar parte de la colección del Ayuntamiento de París.

La llegada de este autorretrato al Museo del Prado es un logro largamente esperado por esta institución, que ya en 2013 había adquirido otro precioso dibujo de Weiss, titulado Retrato de una dama de Burdeos, y le había adjudicado un retrato en 2008, una copia de Los duques de San Fernando de Quiroga. La incorporación de este nuevo autorretrato en las salas de arte del siglo XIX del Prado no solo fortalece la representación del período isabelino, sino que también refuerza la presencia de una de las pintoras románticas más destacadas de su tiempo.

Esta adquisición destaca el compromiso del museo por visibilizar a las mujeres artistas y enriquecer el discurso sobre el arte español del siglo XIX. Se enmarca dentro de una política inaugurada en 2020 para recuperar el legado de pintoras españolas anteriores al siglo XX, lo que ha permitido la adición de obras de artistas como Antonia Bañuelos, Carlota Rosales, María Blanchard y Aurelia Navarro, entre otras. Este esfuerzo no solo rescata historias olvidadas, sino que también enriquece y diversifica la narrativa artística del museo.