Cancha Violeta: Feminismo y Fútbol Hacia un Futuro Mejor para México

María MR

En un rincón de Ecatepec, un grupo de jóvenes futbolistas ha encontrado en el deporte una forma de escapar de la violencia y la inseguridad que les rodea. Estrella Guzmán, de solo 12 años, comparte su experiencia en el campo de juego: “Con el fútbol soy más yo. Aquí expreso todo lo que siento. Soy más feliz jugando fútbol y me olvido de todos mis problemas”. Su voz representa a muchas otras chicas que desafían los estereotipos de género que, durante años, han limitado la participación de las mujeres en el deporte.

El proyecto Cancha Violeta se ha convertido en un refugio seguro, donde se promueve el respeto y la igualdad, no solo en el ámbito deportivo, sino en la vida diaria. Estrella, quien antes experimentó la desconfianza por ser mujer, ahora se siente empoderada para perseguir sus sueños y motivar a otras a hacer lo mismo. Aldo Huerta, de 17 años, también forma parte de este grupo, y destaca la importancia de aprender sobre inclusión y derechos en cada práctica: “Las mujeres son muy buenas en el fútbol y también aprendemos de ellas”.

Este impacto tiene un alcance que va más allá de simplemente jugar al fútbol. Durante la celebración del Día Mundial del Fútbol, Aldo hizo un llamado a dejar atrás los pensamientos machistas: “Todas las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres a practicar algún deporte”, instando a más jóvenes a unirse a esta iniciativa.

El proyecto, impulsado por la asociación civil Más Sueños, basa su funcionamiento en principios de equidad y salud integral. Dominic Ibáñez, un niño de seis años, encontró en Cancha Violeta una vía para salir de la depresión tras la pérdida de su abuelo. Su abuela, Yolanda Martínez, resalta cómo el deporte ha transformado su vida, permitiéndole no solo jugar, sino también enfocarse en sus estudios.

Además de la práctica deportiva, Cancha Violeta ofrece acompañamiento emocional y servicios de prevención de violencia. Este modelo permite que niños y adolescentes en situaciones vulnerables accedan a una atención profesional adecuada, integrando un enfoque socioemocional en cada sesión para ayudarles a comprender y gestionar sus emociones en un ambiente seguro.

Las fundadoras del proyecto, Perla Acosta y Nallely Arenas, han logrado construir una comunidad de apoyo que se extiende más allá del fútbol. Perla recuerda cómo, a través del deporte, pudieron atraer a muchas mujeres, organizando su primer torneo hace seis años con casi 40 equipos. Este crecimiento es un testimonio del impacto positivo de Cancha Violeta en la comunidad.

Más que un simple campo de juego, Cancha Violeta se ha transformado en un símbolo de esperanza y cambio en una localidad marcada por la violencia. Las experiencias compartidas en el campo ayudan a normalizar la igualdad en todos los aspectos de la vida, enseñando a las nuevas generaciones que el derecho a practicar cualquier deporte debe ser universal, sin distinción de género.