De todas las estancias de la casa, el salón es el centro de la vida social en el hogar. Las reuniones; los domingos de sofá, película y manta; los proyectos que se hacen en equipo, con los compañeros de clase o trabajo, y las tardes de invierno de juegos de mesa, son todo actividades que se realizan generalmente en esta zona de la vivienda. Puede tener más o menos metros cuadrados, pero su presencia en el hogar es imprescindible. Junto al vestíbulo, el salón puede ser un terreno neutro en el que atender a las visitas, resultando especialmente útil en esas ocasiones en que todavía no hay suficiente confianza con los visitantes. Al ser una zona del hogar muy transitada, si algo no puede faltar en el salón son los asientos.
Ahora bien, no siempre hay suficiente espacio para colocar un sofá de varias plazas o muchas sillas en torno a una mesa bien grande, que acoja a un buen número de comensales. En estos casos, una opción elegante para contar con asientos adicionales que, además, no resten metros cuadrados al salón, son los puffs.
Dicho esto, encuentra puffs baratos y bonitos con los que dar a esta estancia de la vivienda un toque contemporáneo e informal, que quite seriedad al salón (pero no elegancia), y que lo haga más moderno sin renunciar a una atmósfera acogedora y relajada. Para ayudarte en esta labor, a continuación, desvelamos las claves para conseguir un salón acogedor y moderno, pero también funcional.
Iluminación regulable
Los salones modernos han de ser luminosos. Para aprovechar al máximo la luz natural durante el día se pueden colocar ventanales amplios, de puertas correderas y con persianas a motor. En cuanto a la iluminación artificial (necesaria por la noche), se recomienda una instalación que permita regular la intensidad de la luz emitida por las bombillas, para así crear una atmósfera más o menos relajada en función de las necesidades de cada momento.
Conexión con la terraza
Los ventanales del salón podrían dar acceso a la terraza o jardín. En el primer caso, sería muy conveniente cerrar la terraza y colocar estores. De esta forma, se recupera la utilidad de la terraza en los meses también de frío. Además, mediante los estores, se mantiene la privacidad de la terraza como parte del hogar. Es una manera de aprovechar un espacio que, en la mayor parte de las viviendas, sólo se utilizaría en primavera y otoño.
Contraste de colores y texturas
Los salones modernos suelen optar por una gama de colores neutros (negros, blancos, grises, tonos tierra…) que se combinan entre sí. Sin embargo, para que no caigan en la monotonía (y no pierdan ese toque ecléctico y contemporáneo), a estos tonos anteriores se les suma alguna nota de color. Por ejemplo: una de las paredes principales del salón puede pintarse de un tono más llamativo. El rojo interactúa muy bien en salones donde el color base predominante es el gris. En salones donde prevalece el marrón, utilizar un color azul puede aportar un contraste muy atractivo.Algo similar sucede con las texturas. Se suele apostar por texturas lisas, suaves, nada rugosas (por ejemplo: sillones de polipiel o de tela) combinadas con la textura natural de otros materiales, como el ladrillo (para las paredes), o el encaje que lucen algunas fundas de cojín.
Mobiliario simple y práctico
En lugar de buscar muebles visualmente muy recargados, con muchos ornamentos, que incluyan volutas (por ejemplo) en sus patas y, en definitiva, que recuerden al barroco, el comprador ha de apostar por un mobiliario más sencillo, de líneas simples y sin tantos detalles ornamentales. Interesa que sean, sobre todo, funcionales, y que requieran poco mantenimiento.La madera sigue siendo el material por excelencia. Por un lado, ayuda a conseguir una atmósfera acogedora como no logra hacerlo ningún otro material. Y, por el otro, al haber muchas variedades y tonos de madera: según el árbol, los tintes aplicados… da mucho juego para, con un único material, enriquecer el espacio, llenándolo de ritmos visuales distintos sin caer en la estridencia.
Rectas y curvas
Es cierto que los salones modernos cuentan con más elementos formados por líneas rectas que curvas. Sin embargo, para no caer en la monotonía, conviene introducir interrupciones en esa rectitud. Esto se puede lograr con mesas redondas, sillones curvos y puffs. Estos últimos resultan especialmente prácticos por varios motivos:
- Hay modelos que son plegables. Pueden guardarse con facilidad en el armario, para sacarlos únicamente cuando hagan falta. Resultan especialmente recomendables para quienes tienen invitados de vez en cuando en casa.
- Los puffs pueden incluir espacio de almacenamiento en el interior, con lo que aparte de servir de asientos, también sirven para guardar objetos dentro.
- En una casa con niños, puede ser una buena idea incluir puffs en una zona concreta del salón. Sería una manera de crear un espacio para pintar y jugar o también (¿por qué no?), un rincón de lectura.
Son artículos que han sido diseñados no sólo para sentarse en ellos, sino también para reposar los pies. Es una buena manera de contar con un reposapiés sin sacrificar la elegancia del salón, a la par que se rompe la homogeneidad de tanta línea recta.