Una gran parte de nuestro tiempo lo pasamos en la casa. Sin embargo, la mayoría de noticias relacionadas con la calidad del aire siempre se refieren al exterior, sin darnos cuenta de que ese aire también está en casa. De hecho, es muy posible que estés respirando un aire de mala calidad ahora mismo.
Aunque no lo creas, el aire dentro de las casas puede estar más contaminado que el aire exterior, debido a una combinación de factores como el polvo, los productos químicos de limpieza y la falta de ventilación adecuada. ¿Quieres cambiarlo? Entonces echa un vistazo a este artículo donde te contaremos qué hacer para transformarlo y conseguir aumentar la calidad del aire. ¿Vamos a ello?
Por qué en casa la calidad del aire es mala
Tal y como te hemos dicho antes, la casa es uno de los lugares en los que pasamos más tiempo. El problema es que ese aire que respiramos puede no ser de buena calidad.
Existen una serie de factores que hacen que el aire ‘se ensucie’. Entre ellos, están:
- Compuestos orgánicos volátiles (COV): Con este nombre tan raro hacemos referencia a gases que se emiten en tu casa (y que no siempre te das cuenta). Por ejemplo, la pintura de las paredes, los barnices de los muebles, la cera para el suelo, los productos de limpieza… Todo eso influye en la calidad del aire y, a corto y largo plazo, puede causar problemas de salud.
- Ácaros del polvo y alérgenos de mascotas: Si tienes mascotas en casa, estos, por más que estén limpios y que procures asearlos, son una fuente de alérgenos y de microbios que se acumularán en la ropa, en los muebles… Incluso estarán «volando» y provocando que la calidad del aire baje considerablemente. Lo mismo ocurre con el polvo que puede entrar de abrir las ventanas o las puertas.
- Hongos: Las esporas de moho son un contaminante común en casas con problemas de humedad. Los baños, las cocinas y cualquier área propensa a la humedad son lugares típicos para el crecimiento de moho, que no solo daña las estructuras de la casa, sino que también puede ser perjudicial para la salud respiratoria.
- Humo de tabaco y cocina: El humo de tabaco es una fuente importante de contaminación del aire interior (de hecho, muchas personas al notar ese olor, tienen problemas para respirar). Lo mismo pasa con la cocina. Cuando se fríe o se asa, se liberan una serie de partículas finas y gases (el olor) que hace que la calidad del aire se deteriore.
- Ventilación insuficiente: Otro factor que influye en la mala calidad es la falta de ventilación adecuada. Dicho de otra manera, no abrir las ventanas para renovar el aire de un hogar.
Qué enfermedades y síntomas provoca una baja calidad del aire

Debido a todo lo anterior, si no se pone remedio, hay consecuencias a corto y largo plazo. ¿Cuáles?
- Irritaciones: Muchas personas experimentan irritaciones de ojos, nariz y garganta, así como episodios de estornudos y tos. Cuanto más sensible es una persona, más problemas de este tipo causará. Y además, puede provocar problemas más serios.
- Problemas respiratorios: Cuando la calidad del aire es mala hay problemas para respirar. Incluso si no se tienen problemas preexistentes relacionados con la respiración, como asma, EPOC, etc., incluso se puede desarrollar si se mantiene esta situación.
- Fatiga y dolores de cabeza: Aunque no lo relaciones a priori, lo cierto es que respirar un aire inadecuado hace que la concentración disminuya y, al mismo tiempo, aumenta la fatiga. Esto viene acompañado con dolores de cabeza debido a una falta de oxígeno adecuada y a una exposición de CO2 elevada.
- Enfermedades cardiovasculares: A largo plazo, la exposición continuada a este aire desarrollará enfermedades cardiovasculares que afectarán al corazón y a los vasos sanguíneos.
- Impacto en la salud mental: Enfermedades como la ansiedad o la depresión también pueden venir provocadas por la mala calidad del aire.
Qué hacer para mejorar la calidad del aire

Después de ver todo lo malo que tiene respirar un aire de baja calidad, ¿no conviene mejorar las cosas? Al fin y al cabo, cada día respiramos entre entre 7.200 y 8.600 litros, lo que hace una media de 21.000 respiraciones en 24 horas. Si de ellas parte fueran de una calidad alta, nuestro organismo nos lo agradecería.
¿Y cómo podemos hacer eso?
Abre ventanas y renueva el aire
Es importante que renueves todos los días el aire de tu hogar. Con solo abrir las ventanas cinco minutos es más que suficiente.
Además, en zonas como la cocina o el baño conviene instalar ventiladores de extracción para eliminar contaminantes y un exceso de humedad.
Usa purificadores de aire
Pueden ser fijos o portátiles. Pero te los aconsejamos porque capturan una gran gama de contaminantes y alérgenos como polvo, polen, moho, humo de tabaco, etc. y mejoran la calidad del aire.
Revisa tus sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado
De hecho, no basta con hacer revisiones y mantenimientos, sino que, cada x tiempo, tendrás que cambiar los filtros para asegurarte de que funcionan bien y que no están soltando contaminantes en el aire.
Controla la humedad
Un nivel de humedad adecuado en un hogar está entre el 30 y el 50%. Si es superior o inferior repercutirá en la calidad del aire.
Limpia a menudo
Evita que el polvo se asiente o que haya contaminantes que puedan “pulular” por el aire que respiras. Eso sí, cuidado con los productos de limpieza que usas, asegúrate de que sean de baja emisión de compuestos orgánicos volátiles.
Pon plantas
Para finalizar, te recomendamos que decores con plantas de interior que purifiquen el aire como el potho, lirio de paz, Areca…
¿Ves lo importante que es tener una buena calidad del aire?