Compromiso de Guterres con el Sufrimiento de los Rohingya en un Contexto de Recortes de Ayuda

María MR

Durante su reciente visita a los campos de refugiados rohingya en el sur de Bangladesh, el Secretario General de la ONU, António Guterres, manifestó su firme compromiso de trabajar para aliviar el sufrimiento de esta población, que atraviesa una situación crítica marcada por drásticos recortes en la ayuda humanitaria. Estas reducciones amenazan la disponibilidad de alimentos y otros servicios esenciales, lo que pone en riesgo la vida de miles de personas.

Guterres alertó sobre el impacto devastador que los anuncios de recortes de financiación, procedentes de importantes donantes como Estados Unidos y varias naciones europeas, podrían tener sobre los esfuerzos de la ONU para apoyar a los refugiados. En su visita a la región de Cox’s Bazar, describió este lugar como la «zona cero» del desastre provocado por la falta de recursos, destacando que cualquier disminución en las raciones de alimentos podría resultar en una crisis humanitaria inaceptable, capaz de costar vidas.

Durante un mes tan significativo como el Ramadán, el Secretario General resaltó la creciente necesidad de que la comunidad internacional preste atención a la difícil situación que enfrentan más de un millón de refugiados rohingya que han encontrado asilo en Bangladesh, huyendo de la violencia en Myanmar. Guterres, en un gesto de solidaridad, fue claro al afirmar que, a pesar de las adversidades, estos refugiados poseen un inmenso potencial y dignidad que no debe ser ignorada.

El Secretario General también elogió la generosidad del pueblo bangladesí y de las comunidades locales que han compartido sus escasos recursos con los refugiados, a la vez que reiteró que el mundo no puede hacer caso omiso a la crisis de los rohingyas. Subrayó la urgencia de un apoyo global más robusto y requirió un restablecimiento de la paz en Myanmar, enfatizando que la solución a esta crisis debe encontrarse en el país de origen de los refugiados. Guterres prometió seguir luchando hasta que se den las condiciones propicias para el «retorno voluntario, seguro y sostenible» de todos los refugiados.

Asimismo, el Secretario General mencionó que los campos de refugiados enfrentan una doble crisis, ya que las condiciones climáticas están empeorando, con veranos cada vez más intensos y un aumento en la probabilidad de desastres naturales. Más allá de la asistencia inmediata, instó a proporcionar educación y oportunidades de formación a los refugiados, quienes a menudo se ven impulsados a arriesgar sus vidas en peligrosos viajes en busca de un futuro mejor.

Concluyó su visita compartiendo el Iftar, la comida que se toma al atardecer durante el Ramadán, con los refugiados, reafirmando así su respeto por su religión y cultura. Guterres dejó claro que sería inaceptable que, en un mes de solidaridad, la comunidad internacional disminuyera su apoyo a los rohingyas en Bangladesh, comprometiéndose a hacer todo lo posible para evitar esta situación.