Conflictos y Movimientos Sociales: Actualidad Global desde Sudán, Ecuador, Gaza y Myanmar

María MR

Este martes se conmemora el segundo aniversario del estallido de la guerra en Sudán, un conflicto devastador que ha enfrentado a generales rivales desde el derrocamiento de Omar Al-Bashir, obstaculizando la transición hacia un gobierno civil. El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha instado a la comunidad internacional a no olvidar el sufrimiento del pueblo sudanés y ha expresado su preocupación por la continua llegada de armas y combatientes a la región, lo que alimenta la violencia e inestabilidad.

La situación en Sudán se agrava con una espiral de violencia, especialmente en Darfur, donde informes recientes indican que más de 400 civiles han perdido la vida solo durante el último fin de semana. Guterres ha señalado la injerencia externa en el conflicto, lo que podría llevar a la fragmentación del país en zonas controladas por diversos actores. En este contexto, Sudán está enfrentando una de las crisis de desplazamiento más graves a nivel mundial, así como la crisis humanitaria más severa. Según UNICEF, el número de niños que requieren asistencia humanitaria se ha duplicado en dos años, alcanzando la alarmante cifra de 15 millones, frente a los casi ocho millones que necesitaban ayuda en 2023.

Por otro lado, en Ecuador, un vertido masivo de petróleo provocado por la ruptura del oleoducto SOTE en la provincia de Esmeraldas ha dejado a 150,000 personas en estado de necesidad. Este incidente, ocurrido el mes pasado, ha derivado en un aumento de enfermedades respiratorias y gastrointestinales, además de limitar el acceso al agua potable. La situación se complica para más de 37,000 mujeres que han visto afectadas sus fuentes de ingreso, en su mayoría dedicadas a la recolección de mariscos, lo que incrementa su vulnerabilidad ante la violencia de género.

En Gaza, la situación humanitaria también se deteriora ante los recientes ataques israelíes, que han dejado a varios hospitales operando a media capacidad y poniendo en riesgo la atención médica. Según la Organización Mundial de la Salud, solo 21 de los 36 hospitales de la región funcionan parcialmente, lo que ha llevado a una situación crítica en la que los pacientes son atendidos en condiciones inadecuadas. La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha advirtido sobre la falta de ayuda humanitaria, exacerbada por el bloqueo israelí.

Finalmente, en Myanmar, la situación se complica tras un devastador terremoto que ocurrió el 28 de marzo, dejando más de 3,000 muertos y afectando a 17.2 millones de personas. En respuesta a esta emergencia humanitaria, ACNUR ha transportado más de 40,000 kilos de suministros esenciales a los sobrevivientes, empeorando aún más una situación ya marcada por el conflicto interno. La interconexión de estas crisis en diversas regiones del mundo subraya la urgencia de una respuesta internacional coordinada y efectiva.