La reciente adquisición de la herramienta de seguimiento de datos de ubicación, conocida como Locate X, por parte del gobierno de los Estados Unidos ha generado un notable revuelo entre los defensores de la privacidad y los derechos reproductivos. Locate X, administrada por la empresa Babel Street, permite rastrear la ubicación de dispositivos móviles recabando datos de múltiples fuentes, y su aplicación ha levantado preocupaciones especialmente en contextos sensibles como clínicas de salud reproductiva, lugares de culto y para quienes cruzan fronteras estatales, donde los datos recolectados pueden ser utilizados para incriminar a personas que ejercen su autonomía corporal.
Aunque diseñado inicialmente para ser utilizado por fuerzas del orden, la herramienta ha demostrado ser de fácil acceso. Un investigador de Atlas Privacy pudo acceder a ella simplemente declarando su intención de colaborar con la policía en el futuro. Ante la posibilidad de que una futura administración se muestre hostil hacia quienes corren el riesgo de ser monitorizados, se vuelve crucial fortalecer las defensas digitales de los ciudadanos. Los fiscales generales en estados con restricciones a la atención reproductiva están mostrando un creciente interés en emplear todas las herramientas posibles para sancionar a quienes procuran ejercer sus derechos.
Para mitigar el riesgo de vigilancia, se proponen varias medidas prácticas de protección de la privacidad de la ubicación. Primero, se aconseja desactivar los identificadores publicitarios móviles en dispositivos Android e iOS para frenar la recopilación de datos por terceros. En dispositivos Android, esta función se encuentra en la sección de configuración de privacidad, mientras que en iOS las aplicaciones deben solicitar permiso explícito para acceder a estos identificadores.
Otra recomendación es auditar las aplicaciones instaladas en el dispositivo. Un mayor número de aplicaciones dificulta el control sobre el rastro digital. Limitar la cantidad de descargas y revisar los permisos otorgados a cada aplicación puede ser una estrategia eficaz de reducción de riesgos.
Para la desactivación del seguimiento en tiempo real, se sugiere utilizar el modo avión. Esto impide que las aplicaciones envíen datos de ubicación en tiempo real, aunque estos pueden ser almacenados y enviados posteriormente. Otra medida es utilizar un dispositivo alternativo, destinado a tareas específicas, manteniéndolo libre de aplicaciones y datos sensibles.
A medida que las herramientas de vigilancia digital avanzan, resulta esencial que los individuos sean informados y mantengan una actitud proactiva en la protección de su privacidad. Aunque la regulación puede contribuir, la responsabilidad principal de salvaguardar la información más delicada recae en las propias personas. La ausencia de una legislación federal que garantice los derechos de privacidad y permita acciones contra empresas que comercializan datos sensibles perpetúa el riesgo de exposición. En este entorno, es fundamental que cada individuo evalúe cómo proteger su información personal y cuál es la mejor estrategia para preservar su autonomía y privacidad.