El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha expresado su condena tras el ataque sufrido por un convoy humanitario en Gaza, el cual fue tiroteado por las fuerzas israelíes el pasado domingo. Este incidente tuvo lugar cerca del puesto de control de Wadi Gaza, a pesar de que el convoy estaba debidamente marcado y poseía todas las autorizaciones requeridas por las autoridades israelíes.
El convoy, compuesto por tres vehículos que transportaban a ocho miembros del personal, fue blanco de al menos 16 disparos, lo que resultó en la inmovilización de los vehículos y representó un grave riesgo para la vida de sus ocupantes. Afortunadamente, ninguno de los integrantes del equipo resultó herido.
El PMA ha señalado que este ataque es un claro reflejo del entorno peligroso y complejo en el que operan no solo ellos, sino también otras organizaciones humanitarias en Gaza. En un comunicado, la agencia insistió en que «las condiciones de seguridad en Gaza deben mejorar urgentemente para que pueda continuar la asistencia humanitaria que salva vidas».
Por su parte, el portavoz del Secretario General de la ONU ha instado a todas las partes involucradas a respetar el derecho internacional humanitario, a proteger la vida de los civiles y a asegurar el paso seguro de la ayuda humanitaria.
En otro contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre las secuelas médicas que dejará la reciente guerra en el Líbano, estimando que entre el 60 y el 70% de las lesiones sufridas presentarán complicaciones agudas o crónicas en el futuro. La OMS ha resaltado la necesidad de cirugía reconstructiva para miles de afectados y ha indicado que las carencias en atención sanitaria especializada persistirán durante meses y años.
En el sur del Líbano, la misión de paz de la ONU ha denunciado la destrucción de propiedades e infraestructuras pertenecientes a las Fuerzas Armadas Libanesas por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel, lo que se considera una violación del derecho internacional.
Mientras tanto, en Siria, la OMS ha informado sobre la llegada de su primer cargamento humanitario del año 2025, que incluye 32,5 toneladas de medicamentos y materiales de emergencia, destinados a cubrir necesidades sanitarias urgentes.
Finalmente, en Ucrania, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha reportado explosiones cerca de la central nuclear de Zaporiyia, coincidiendo con informes sobre un ataque con drones en el área. Aunque no se han registrado víctimas ni daños en el equipo de la planta, el director general del OIEA ha afirmado que «un ataque contra cualquier central nuclear es completamente inaceptable».