Con la intención de expandir su presencia en España y dar el salto al mercado internacional, la marca de papelería TGM sigue trabajando incansablemente para ofrecer productos que inspiran y acompañan. Hace diez años, una familia de Toledo dio vida a esta idea, creando una papelería diferente centrada en el diseño, la calidad y los pequeños detalles. Lo que comenzó como un proyecto familiar en el salón de su casa se ha convertido en una marca referente en el sector.
TGM nació en un contexto de recursos limitados, pero con una gran dosis de ilusión y compromiso. Esta esencia ha perdurado a lo largo de los años, manteniendo la estructura de una empresa familiar donde todos contribuyen con su dedicación. «Siempre quise que TGM transmitiera algo más que un producto. Que quien recibiera uno de nuestros pedidos sintiera que hay manos, cariño y esfuerzo detrás. Aunque hemos crecido, seguimos siendo esa pequeña empresa que decidió hacer algo significativo en el ámbito de la papelería cuidada», afirma el CEO de la compañía.
Con más de 100,000 seguidores en redes sociales y más de 200 puntos de venta en todo el país, TGM es reconocida por su meticulosa selección de materiales, que incluye acabados en lino, detalles en stamping dorado y cuero vegano. Estos elementos han permitido construir una comunidad leal que valora los productos elaborados con esmero. Desde su sede en un pueblo toledano, continúan creando la magia detrás de cada pedido, que se caracteriza por un empaque cuidado, mensajes personalizados y detalles que han hecho de TGM algo más que una simple marca de papelería.
Las agendas de TGM, entre otros productos, son de las más vendidas del mercado, y cada nuevo lanzamiento genera una emoción palpable entre sus seguidores, a menudo resultando en una rápida venta de los artículos. Recientemente, el 21 de mayo, lanzaron una nueva experiencia: las White Lotus Boxes, que contienen papelería premium sin revelar su contenido hasta después de la compra. Con esta estrategia, TGM garantizó que la calidad primara en todos los productos, y en tan solo seis horas, estas cajas se agotaron completamente.
El lema de la empresa, «crecer sin prisas, pero sin pausa», refleja su filosofía de trabajo y el espíritu de superación que los ha guiado hasta aquí. Con una mirada puesta en el futuro y la meta de seguir expandiéndose, TGM demuestra que, con esfuerzo, pasión y dedicación, los sueños que nacen en un pequeño salón pueden alcanzar grandes horizontes.