Has decidido darle un aire nuevo a la habitación de tus hijos, pero no sabes por dónde empezar. O mejor dicho, sabes que lo primero es pintar las paredes, pero no te decides por un color concreto. ¿Blanco? ¿En un tono intenso? ¿Oscuro, quizá? Aquí tienes algunas claves sobre qué colores son más adecuados en el cuarto de los niños. Toma nota y verás que elegir no es tan difícil.
Renovar el cuarto de los niños es una tarea necesaria, por no decir imprescindible, cada cierto tiempo. Las superficies sufren las consecuencias de la actividad intensa de los peques de la casa, y las paredes necesitan una mano de pintura más pronto que tarde.
Y decidirse a pintar las paredes implica plantearse otro tipo de cuestiones como: ¿de qué color pintamos ahora el cuarto de los niños? ¿Lo dejamos en tonos neutros? ¿Le ponemos colores alegres que insuflen vitalidad y energía? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
Colores perfectos para el cuarto de los niños
A la hora de decidir la paleta cromática para un dormitorio, solemos tener en cuenta que se trata de una zona de descanso y relax. Y eso nos lleva a elegir colores suaves y relajantes para las paredes. Puede que carguemos las tintas con algunos toques oscuros, pero en general nos gustan los colores claros y que aporten serenidad.
Pues bien, cuando hablamos del cuarto de los niños la cosa cambia, ya que este espacio no es solo para dormir. Ellos lo utilizan para desarrollar otras actividades aparte de descansar. Su habitación es también su espacio de juego, su zona de estar y su lugar de estudio. ¿Qué color le va bien a un espacio tan multidisciplinar?
Parece complicado dar con ese color que va bien para todo, pero lo cierto es que la
solución al dilema pasa por crear una combinación acertada de dos tonos. Te contamos cómo puedes conseguirlo.
Tonalidades frías para el descanso
Ya sabes que el color es un factor decisivo a la hora de influir en cómo percibimos un espacio, y también en la forma en que nos sentimos en él. Por eso es importante acertar a la hora de elegir la tonalidad de las paredes.
En el cuarto de los niños, como en otros dormitorios de la casa, yo apuesto por elegir tonos fríos para la zona de descanso, esto es, la pared de la cama. Estos colores provocan un efecto relajante y aportan tranquilidad, justo lo que los más pequeños necesitan antes de ir a dormir.
Azul y verde, los más apreciados
El azul, además de ser un color frío perfecto para dormitorios, suele gustarles mucho a los niños. Contribuye a calmar su ánimo y también favorece la concentración, por lo que puedes usarlo también en la zona de estudio. Además, tienes un montón de matices de azul para elegir, y combina muy bien con los muebles y textiles blancos.
El verde es, sin duda, un color genial para el cuarto de los niños. Otro tono frío por excelencia que se usa muchísimo en dormitorios. Es el color de la naturaleza que da como resultado ambientes frescos y con un punto orgánico muy especial. Igual que el azul, favorece la concentración de los niños a la hora de ponerse a estudiar y hacer los deberes.
¿Y en la zona de juego?
Para los espacios lúdicos del cuarto de los niños van bien los colores intensos que aporten dinamismo y diversión. El naranja y el amarillo resultan alegres y luminosos. Este último, por ejemplo, es un color muy vital que favorece la creatividad y fomenta la imaginación. Usarlo en una pared determinada, si no te apetece pintar con él toda la habitación, puede ser una gran idea.
Los tonos cálidos como el rosa o el naranja también resultan muy adecuados. Puedes combinarlos con gris para lograr un efecto más sobrio y chic.
Para espacios compartidos
A no ser que dispongas de varias habitaciones para los niños y que tengan un cuarto de juegos aparte del dormitorio, lo más habitual es que compartan el mismo espacio para todas sus actividades cotidianas. El descanso, el juego y el estudio suelen desarrollarse en una misma habitación, y esto complica un poco la elección del color de las paredes.
Una buena solución, si la habitación es amplia, es pintar cada zona de un color diferente, procurando, por supuesto, que armonicen entre sí. Además de pintar con un color frío y relajante la zona de la cama, y con otro color más cálido la parte de juego, el hecho de combinar dos colores es un buen recurso para delimitar espacios.
No subestimes los neutros
Los colores neutros son una maravillosa herramienta de interiorismo, y no solo en salones o dormitorios de adultos, sino también en el cuarto de los niños. Resultan serenos, relajantes, elegantes, modernos… Y utilizarlos no significa renunciar al color. Hay miles de maneras de poner toques cromáticos alegres: con los muebles, las cortinas, la ropa de cama, etc. Sin duda, una opción para tener en cuenta.