El máximo responsable humanitario de las Naciones Unidas en Sudán ha dado la voz de alarma ante un preocupante aumento de la violencia en la región de Al Jazirah, localizada cerca de la capital, Jartum. Según los informes disponibles, más de 120 personas han perdido la vida en los recientes ataques atribuidos a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Entre los días 20 y 25 de octubre, estos combatientes paramilitares llevaron a cabo ataques indiscriminados contra la población civil, así como actos de violencia sexual contra mujeres y niñas.
Clementine Nkweta-Salami, coordinadora humanitaria de la ONU en Sudán, manifestó su profunda inquietud por la situación. En una declaración realizada el sábado, subrayó que las violaciones de derechos humanos en el estado de Al Jazirah son reminiscentes de los atroces actos ocurridos el año pasado en Darfur, incluyendo violaciones y homicidios masivos. Nkweta-Salami hizo hincapié en que los más vulnerables, en particular mujeres y niños, están sufriendo las mayores consecuencias de un conflicto que ha dejado un saldo trágico de vidas humanas.
Los testimonios de los afectados revelan que además de los ataques directos, las RSF han saqueado mercados y viviendas, incendiado granjas y atacado comunidades en localidades como Safita Ghanoubab, Al Hilaliya y Al Aziba. Un gran número de residentes se ha visto obligado a huir en busca de seguridad, mientras que aquellos que permanecen enfrentan constantes amenazas.
Nkweta-Salami insistió en que la protección de los civiles es primordial y recalcó que los ataques a bienes civiles e infraestructuras públicas están prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario. Urgió a que cesen de inmediato estas acciones, calificándolas de inaceptables.
Actualmente, los socios humanitarios están trabajando para recopilar más información y verificar el número de víctimas mortales, además de movilizar recursos para asistir a los desplazados por la violencia. Muchos de los que han huido han encontrado refugio en los estados de Gedaref y Kassala, que ya acogen a cientos de miles de desplazados internos.
Desde abril de 2023, Sudán ha estado sumido en un violento conflicto por el poder entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las RSF, provocando el desplazamiento de más de 11 millones de personas. La crisis humanitaria continúa empeorando, con cerca de 25 millones de personas necesitando asistencia, y más de 13 millones enfrentando grave inseguridad alimentaria. La situación es especialmente crítica para 3,7 millones de niños menores de cinco años que sufren desnutrición aguda severa, enfrentando un alto riesgo de muerte por enfermedades prevenibles.
Recientemente, el Alto Comisionado Adjunto de ACNUR y el director ejecutivo adjunto de UNICEF solicitaron a las autoridades sudanesas que faciliten el acceso seguro a las comunidades necesitadas. A pesar de las dificultades logísticas y administrativas, reiteraron su compromiso de proporcionar ayuda vital y pidieron a la comunidad internacional que apoye una solución política al conflicto.
Los funcionarios subrayaron la urgencia de una acción colectiva ante esta crisis, instando a una respuesta adecuada a las necesidades del pueblo sudanés.