La Oficina de Derechos Humanos ha emitido un recordatorio sobre el derecho universal a solicitar asilo, en respuesta a la reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de suspender el programa de admisión de refugiados. La portavoz de la oficina, Ravina Shamdasani, subrayó que, aunque los estados cuentan con la autoridad para controlar sus fronteras, deben hacerlo en cumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos humanos. Esta declaración cobra relevancia en un contexto donde la administración estadounidense ha implementado deportaciones masivas.
ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, está revisando estas recientes normativas y ha manifestado su disposición a colaborar con la nueva administración. La situación en la frontera con México ha llevado a Trump a declarar una emergencia nacional y a imponer restricciones sobre la entrada de migrantes. En este sentido, el gobierno mexicano ha comunicado su intención de asistir a los posibles deportados, elaborando un plan que incluye la creación de centros de recepción en el norte del país, así como el reasentamiento de personas en otras regiones.
En otro informe, la Oficina de Derechos Humanos ha reportado la muerte de al menos 12 palestinos y más de 40 heridos en Cisjordania a causa de las fuerzas de seguridad israelíes, las cuales habrían empleado fuerza desproporcionada. La mayoría de las víctimas se encontraban desarmadas, entre ellas un médico y dos enfermeras. La oficina expresó su profunda preocupación por el uso de fuerza letal en Yenín, enfatizando la gravedad de los ataques aéreos.
Por su parte, la República Democrática del Congo enfrenta una crisis humanitaria, con más de 400.000 personas desplazadas debido a la violencia del grupo armado M23. En las últimas semanas, este grupo ha tomado varias ciudades, resultando en la muerte de más de 200 civiles. ACNUR ha ofrecido apoyo a las autoridades congoleñas para la protección de las mujeres y los niños desplazados por el conflicto.
Finalmente, un nuevo análisis de UNICEF ha revelado que en 2024, al menos 242 millones de niños y adolescentes se vieron afectados en su educación debido a fenómenos climáticos extremos. Olas de calor, ciclones y sequías han desatado una crisis educativa, con especial impacto en países de renta baja y media-baja. Se destaca que en abril, más de 118 millones de estudiantes se vieron afectados únicamente por olas de calor, lo que ha alertado a la comunidad internacional sobre la urgente necesidad de abordar esta problemática.
