Un innovador proyecto de investigación y desarrollo ha emergido con el nombre de EXPLORER, cuyo propósito es la creación de un exoesqueleto personal diseñado específicamente para niños. Este avance tecnológico se plantea como una alternativa para ser utilizado tanto en el hogar como en el exterior, buscando superar las limitaciones del uso clínico estricto de estos dispositivos. La intención es que los niños que lo necesiten puedan integrar de manera más natural diversas actividades cotidianas, mejorando así su calidad de vida. Una vez que obtenga la certificación CE, el exoesqueleto estará accesible para aquellos pequeños que requieran este tipo de asistencia.
La presentación del prototipo de EXPLORER tuvo lugar el 18 de febrero de 2025, en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Durante el evento se exhibieron los primeros resultados de este proyecto, que ha recibido respaldo a través de financiación pública. Esta iniciativa es un ejemplo palpable de cómo la colaboración entre instituciones de investigación y sanitarias puede dar lugar a avances tecnológicos disruptivos. El Consorcio detrás de EXPLORER incluye a investigadores de Marsi Bionics, del CSIC y de cuatro hospitales destacados de la Comunidad de Madrid.
Con una financiación total de 2,2 millones de euros proporcionados por el PERTE para la Salud de Vanguardia, EXPLORER se posiciona como una muestra representativa de los efectos transformadores que pueden tener los fondos europeos en el sector de la salud. Marsi Bionics ya había desarrollado con anterioridad ATLAS 2030, considerado el primer exoesqueleto pediátrico a nivel mundial, aunque su uso estaba limitado a entornos clínicos. La nueva propuesta de EXPLORER responde a una creciente demanda por parte de los niños, quienes anhelan tener acceso a estas tecnologías en sus hogares.
El exoesqueleto, que aún se encuentra en fase de prototipo y está a la espera de su marcado CE, ofrece dos funciones principales: un modo de apoyo que complementa la fuerza del usuario para facilitar la marcha y un modo automático que permite un movimiento continuo. Asimismo, incluye un asiento automático que se convierte en una silla de descanso, lo que lo hace apto para un uso prolongado y confortable. Este dispositivo está diseñado para adaptarse al crecimiento del niño, abarcando un rango de edad que va desde los 2 hasta los 17 años.
Una de las características más notables de EXPLORER es su capacidad para ser utilizado en exteriores, lo que no solo facilita la rehabilitación, sino que también fomenta la inclusión de los niños en actividades diarias, permitiéndoles jugar en el parque o participar en salidas con mayor autonomía. Casi 30 investigadores han colaborado en su desarrollo, trabajando de manera conjunta con familias y especialistas en ingeniería.
El CSIC ha desempeñado un papel crucial en el proceso, aportando su experiencia en robótica aplicada a la salud y ayudando en la validación clínica del dispositivo. Eloísa del Pino, presidenta del CSIC, enfatizó la relevancia de la colaboración entre esta institución y Marsi Bionics, señalando que esta asociación demuestra cómo la ciencia puede generar soluciones innovadoras con un impacto social considerable. EXPLORER no solo destaca como un avance tecnológico sobresaliente, sino que tiene el potencial de mejorar significativamente la vida de los niños y sus familias.
