La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha expresado su profunda conmoción y preocupación tras el descubrimiento de dos fosas comunes en Libia, donde se han encontrado los cuerpos de decenas de migrantes. Este hallazgo se produjo en el contexto de una serie de operaciones policiales dirigidas a combatir el tráfico de personas en la región. En un primer informe, se identificaron 19 cadáveres en la localidad de Jakharrah, situada a unos 400 kilómetros al sur de Bengasi. En un segundo lugar, en el desierto de Alkufra, se estima que hay al menos 30 cuerpos adicionales, lo que podría elevar la cifra total a 70.
Hasta el momento, no se han esclarecido las causas de las muertes ni se ha determinado la nacionalidad de las víctimas. Nicoletta Giordano, jefa de la misión de la OIM en Libia, manifestó que la pérdida de estas vidas es un trágico recordatorio de los peligros que enfrentan los migrantes que se embarcan en peligrosos viajes. La OIM destacó que estos descubrimientos se realizaron en el marco de una operación que permitió rescatar a cientos de migrantes de las garras de los traficantes, mientras las fuerzas de seguridad continúan trabajando para llevar ante la justicia a los responsables de estos crímenes.
La OIM también ha elogiado los esfuerzos realizados por las autoridades libias para investigar las circunstancias de estas muertes y ha hecho un llamado para garantizar la recuperación, identificación y traslado digno de los restos de los migrantes fallecidos. Este luctuoso descubrimiento se suma a la aparición de 65 cuerpos en otra fosa común en el suroeste de Libia, hallada en marzo pasado.
El panorama para los migrantes en las rutas terrestres es alarmante; el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM ha señalado que más del 22% de las 965 muertes y desapariciones registradas en Libia durante 2024 ocurrieron en trayectos por tierra. Esto evidencia los riesgos a menudo pasados por alto en estas rutas. Giordano subrayó que muchos migrantes sufren abusos, explotación y violencia en su trayecto, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de priorizar los derechos humanos y proteger a aquellos que se encuentran en situaciones vulnerables.
En este contexto, la OIM continúa brindando asistencia humanitaria a los migrantes en riesgo y trabaja en capacitar a las autoridades para mejorar las operaciones de búsqueda y rescate en el desierto y en el mar. La organización ha enfatizado la urgencia de una colaboración más estrecha entre gobiernos y autoridades a lo largo de las rutas migratorias para salvaguardar y proteger a los migrantes, independientemente de su estatus legal.