En 2024, un análisis del uso de Internet en la Unión Europea demuestra notables diferencias en el acceso a la red entre personas con discapacidades de diferentes severidades. Los datos indican que el 78,2% de los individuos de entre 16 y 74 años que sufren de una discapacidad severa han accedido a Internet al menos una vez a la semana en los últimos tres meses. En comparación, un 86% de aquellos con discapacidad moderada y un 93,5% de las personas sin discapacidad se conectan de manera regular.
Las disparidades en el uso de Internet se vuelven aún más evidentes al observar las diferentes franjas de edad. En general, las personas mayores de 55 años muestran una tasa de acceso mucho menor que los jóvenes, independientemente de su estado de discapacidad. En el grupo de 16 a 24 años, un 87,4% de los usuarios con discapacidad severa accede a la web regularmente; este porcentaje asciende al 98,1% entre aquellos con discapacidad moderada y al 98,7% para quienes no tienen limitaciones.
En contraste, el acceso a Internet en la población mayor revela un panorama más preocupante. Solo el 70,8% de los usuarios con discapacidad severa en el grupo de 55 a 74 años se conecta de forma regular. En este grupo, el 78,2% de quienes tienen discapacidad moderada y el 84,3% de aquellos sin discapacidad logran acceder a Internet de manera similar.
Estos datos resaltan la urgente necesidad de abordar las brechas digitales que existen en función de la edad y del tipo de discapacidad. La creciente dependencia de Internet en diversas facetas de la vida cotidiana plantea tanto retos como oportunidades para mejorar la inclusión digital de las personas con discapacidades. A medida que la tecnología avanza, es esencial implementar estrategias y políticas que aseguren un acceso equitativo a la información y a las herramientas digitales. De esta manera, se busca garantizar que todos los ciudadanos, sin importar su condición física o su edad, puedan acceder a los recursos que la red ofrece.