La plataforma de redes sociales, conocida hasta hace poco como Twitter y ahora renombrada X, se encuentra en el centro de una controversia judicial con el Centro para Combatir el Odio Digital (CCDH). La disputa se originó en 2023, cuando X presentó una demanda en un tribunal federal contra el CCDH, alegando violaciones de contrato y de la Ley de Fraude y Abuso de Computadoras (CFAA, por sus siglas en inglés). X sostiene que el CCDH ha afectado su reputación al publicar informes que critican sus políticas de moderación de contenido, los cuales, según la organización, han permitido que el odio y la desinformación se propaguen sin control.
El CCDH, por su parte, solicitó que la demanda fuese desechada bajo la ley anti-SLAPP de California, que protege la libertad de expresión contra demandas frívolas. En un giro a favor del CCDH, un tribunal de distrito dictaminó en marzo que la acción judicial de X tenía como objetivo castigar al centro por sus críticas, descartando así los reclamos de X.
Insatisfecha con esta resolución, X decidió apelar ante el Noveno Circuito de la Corte de Apelaciones de EE. UU. En respuesta, la Electronic Frontier Foundation (EFF), junto con la ACLU y otras instituciones, ha presentado un escrito de amigo de la corte en apoyo al CCDH. En este documento, argumentan que X no debería poder utilizar la ley estatal de contratos ni la CFAA para suprimir las críticas en su contra.
El escrito resalta la relevancia del scraping como herramienta fundamental en el periodismo y la investigación en la actualidad. Remarca que adoptar la interpretación de la CFAA propuesta por X podría llevar a una restricción significativa de derechos fundamentales, además de criminalizar acciones cotidianas como el intercambio de contraseñas.
Diversas organizaciones han alertado que una sentencia favorable a X podría establecer un precedente preocupante, otorgando a las plataformas digitales un poder desmedido sobre la información disponible en línea. Ahora, la atención está puesta en el Noveno Circuito, de quien se espera confirme el fallo del tribunal inferior y rechace las acusaciones de X. La resolución de este caso podría tener implicaciones importantes para el futuro de la libertad de expresión en el entorno digital.