La situación de hambruna en Sudán ha empeorado significativamente, extendiéndose a cinco nuevas regiones en medio de un conflicto interno que ya dura más de veinte meses. Un informe de un grupo internacional que monitorea la crisis alimentaria ha confirmado condiciones de hambruna en dos campamentos para personas desplazadas en al-Fashir, la asediada capital de Darfur del Norte, y en otras áreas del estado de Kordofán del Sur. Además, la hambruna ya presente en el campamento de Zamzam ha persistido desde su declaración inicial en agosto.
Se estima que la crisis alimentaria se ampliará aún más, afectando a otras cinco áreas en Darfur del Norte entre diciembre y mayo. En total, se han identificado 17 zonas en Sudán que se encuentran en condiciones críticas y en riesgo de hambruna. Más de 24,6 millones de personas, lo que equivale a más de la mitad de la población del país, se enfrentan a niveles alarmantes de inseguridad alimentaria aguda, con 8,1 millones en condiciones de emergencia y al menos 638.000 personas al borde de la hambruna extrema.
La gravedad de esta crisis alimentaria se agudiza durante lo que normalmente sería la temporada de cosecha, cuando la disponibilidad de alimentos debería aumentar. Sin embargo, el conflicto armado ha obstaculizado gravemente el funcionamiento de los mercados y la circulación de productos. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha estado intentando mantener un flujo constante de ayuda, logrando hasta ahora proporcionar alimentos a más de 800.000 personas, con un número significativo de beneficiarios en el campamento de Zamzam.
Responsables de diversas organizaciones humanitarias, como la FAO y UNICEF, han hecho un llamado urgente para garantizar un acceso seguro y sostenido para entregar ayuda vital, incluidos alimentos terapéuticos y agua, a las poblaciones vulnerables que enfrentan la muerte por desnutrición. La situación es crítica, especialmente para millones de niños que corren un grave riesgo, y las organizaciones están trabajando para llegar a las zonas más afectadas por el conflicto.
El estallido de la violencia en abril de 2023, entre las fuerzas de apoyo rápido y el ejército sudanés, ha provocado un colapso en la producción de alimentos y el desplazamiento de más de 12 millones de personas, convirtiendo a Sudán en la crisis de desplazamiento más grande del mundo. Este conflicto ha resultado en más de 18.000 muertes y miles de heridos, además de devastar infraestructuras esenciales como escuelas y hospitales.
António Guterres, Secretario General de la ONU, ha expresado su profunda preocupación por la situación de inseguridad alimentaria en Sudán. Guterres ha instado a las partes en conflicto a facilitar un acceso humanitario sin restricciones y ha solicitado un cese inmediato de las hostilidades, considerando que estas medidas son cruciales para salvar vidas y evitar un empeoramiento de la crisis, cuyas repercusiones podrían sentirse en toda la región en 2025. Además, ha pedido cooperación internacional urgente para alcanzar una solución pacífica al conflicto.