El Consejo de Ministros de España ha dado luz verde a un nuevo Real Decreto que establece el actualizado Reglamento de reutilización de aguas, una propuesta impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Este avance legislativo surge en respuesta a las crecientes condiciones de escasez y las recurrentes sequías motivadas por el cambio climático. La normativa busca aprovechar al máximo las aguas residuales tratadas, destinadas a la regeneración, liberando otros recursos hídricos de mejor calidad para usos más exigentes como el suministro de agua potable a la población.
El nuevo decreto reemplaza al Real Decreto 1620/2007, el cual marcó un antes y un después en el impulso de reutilización de aguas residuales en el país, estableciendo entonces los parámetros administrativos, los usos permitidos y los criterios de calidad necesarios. En la actualidad, en España se están reutilizando alrededor de 400 hectómetros cúbicos anuales de agua.
Esta actualización normativa se alinea estratégicamente con el Reglamento 2020/741 de la Unión Europea, que desde junio de 2023 establece los requisitos mínimos para la reutilización del agua en el sector agrario. En este sentido, el Real Decreto-ley 4/2023 había modificado previamente la Ley de Aguas española para alinearla con las nuevas directrices europeas, como parte integral del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
Entre las novedades que introduce la normativa se destaca un doble acto de habilitación por parte de la autoridad competente: en primer lugar, para garantizar que el agua residual urbana cumpla con los estándares de calidad según los usos previstos y, en segundo lugar, para regular el uso privativo del agua regenerada. Además, se impone la obligación de crear planes que fomenten la reutilización de aguas en contextos urbanos y se ofrecen incentivos económicos, como subvenciones o exenciones, para sustituir recursos naturales con aguas regeneradas.
El reglamento es el resultado de un exhaustivo trabajo técnico, consensuado con todos los agentes involucrados, asegurando de esta manera la seguridad en el uso del agua regenerada. Gracias a esta nueva normativa, se prevé que el uso de aguas regeneradas en España se duplique en los años venideros, contribuyendo a una gestión más sostenible y eficaz de los recursos hídricos, especialmente en las zonas costeras. Esto supone un refuerzo significativo en la lucha contra la escasez hídrica y un paso firme hacia un modelo más sostenible y resiliente, acorde con las exigencias medioambientales actuales.