La implementación de la nueva normativa de la Unión Europea promete un cambio significativo en el sector alimentario, con el objetivo de reducir drásticamente la deforestación y combatir la tala ilegal, la cual representa un mercado de hasta 150.000 millones de dólares anualmente. Una de las características más destacadas de esta normativa es la capacidad de los operadores y grandes comerciantes de rastrear las mercancías hasta su origen mediante la geolocalización.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), de 1990 a 2020 se perdieron 420 millones de hectáreas de bosque, equivalente al tamaño de la Unión Europea. Esta alarmante pérdida ha tenido impactos globales afectando la biodiversidad, el equilibrio de los ecosistemas y reduciendo la capacidad de absorción de CO₂ a nivel mundial.
El análisis de la deforestación y degradación de bosques evidencia un denominador común: la industria alimentaria. Al menos el 50% de la deforestación mundial se debe a la agricultura, enfocada en cultivos como soja, cacao, café y palma aceitera. Asimismo, la ganadería, por medio del pastoreo, contribuye con casi un 40% a la deforestación global. En conjunto, la agricultura y la ganadería son responsables del 70% al 80% de la deforestación mundial.
Ante esta crisis ambiental, la Unión Europea ha aprobado el reglamento contra la deforestación (EUDR), que busca garantizar que las materias primas agrícolas comercializadas y consumidas en Europa no procedan de zonas deforestadas. Las materias primas incluidas en este reglamento son café, cacao, soja, aceite de palma y carne de vacuno. A partir del 30 de diciembre de 2024, será obligatorio para las grandes empresas y desde el 30 de junio de 2025 para las PYMES y microempresas, certificar el origen de la materia prima utilizada.
En términos económicos, la industria alimentaria es la principal actividad de la industria manufacturera en la Unión Europea con un valor superior a los 1.121.000 millones de euros. En España, esta industria es la primera rama manufacturera del sector industrial, afectando a cerca de 28.335 empresas que deberán adaptarse a la EUDR.
Marta Piedrafita, country manager de osapiens para Iberia, señala que la EUDR introduce importantes novedades, como la certificación de materias primas provenientes de áreas no deforestadas. «Las casi 30.000 empresas del sector alimentario en nuestro país tienen un gran reto, pero también una oportunidad para demostrar su compromiso con un mundo más sostenible y justo», comenta Piedrafita.
La normativa divide a los actores del mercado en operadores, que introducen productos por primera vez o los exportan, y comerciantes, que distribuyen productos a lo largo de la cadena de suministro. Todos, independientemente de su tamaño, deberán cumplir con la EUDR o enfrentarán severas multas y sanciones.
Para facilitar el cumplimiento de la EUDR, la tecnología jugará un papel esencial. Una de las herramientas destacadas es osapiens HUB, una plataforma SaaS que ofrece transparencia y automatiza los procesos manuales de diligencia debida. Esta plataforma permite a las empresas gestionar los requisitos del EUDR mediante el mapeo de la cadena de suministro, evaluación y gestión automatizada de riesgos, y verificación continua en tiempo real.
«La plataforma osapiens HUB permite a las empresas fomentar la transparencia y prácticas sostenibles, cumpliendo con las exigencias de la EUDR», concluye Marta Piedrafita. Un claro ejemplo de cómo la tecnología y la regulación pueden trabajar juntas para preservar los bosques y promover prácticas comerciales más responsables.