En 2022, las estadísticas de mortalidad en la Unión Europea revelan un panorama alarmante, con un total de 5,16 millones de muertes registradas. Según un análisis reciente, las enfermedades circulatorias se posicionaron como la principal causa de fallecimientos en la región, responsables de aproximadamente 1,68 millones de decesos, lo que corresponde al 32,7% del total. Esta cifra refleja un considerable impacto sobre la salud pública, instando a la necesidad de estrategias preventivas más efectivas.
El cáncer fue la segunda causa más frecuente de muerte, contabilizando cerca de 1,15 millones de casos, lo que representa el 22,3% del total de decesos. Le siguen las enfermedades respiratorias, que causaron alrededor de 360.000 muertes, equivalentes al 7% del total. Estos datos subrayan la magnitud de los desafíos que enfrenta la salud pública en Europa y la urgencia de implementar políticas que aborden estas cuestiones.
El COVID-19 también dejó su huella en las cifras de mortalidad, con unas 310.000 muertes, representando el 6% de los fallecimientos. Aparte de estas causas principales, la mortalidad por causas externas, enfermedades del sistema digestivo y trastornos del sistema nervioso sumó miles de muertes adicionales, evidenciando un panorama preocupante en la salud de la población europea.
Este informe de Eurostat destaca la complejidad de la situación, sugiriendo que mejorar la salud pública no solo implica abordar enfermedades específicas, sino también implementar enfoques integrales que consideren diferentes factores de riesgo y trabajen en la prevención y educación. Las conclusiones de este estudio ofrecen una plataforma importante para fomentar debates y reformas en las políticas de salud dentro de la UE.
