El Museo del Prado ha inaugurado una nueva exposición que promete capturar la atención de amantes del arte y expertos por igual, con su enfoque en el Neoclasicismo español a través de la obra del destacado artista José de Madrazo. La muestra, que se centra en la valiosa Colección Daza-Madrazo adquirida por el museo en 2006, ofrece una visión profunda y detallada del legado artístico de Madrazo mediante casi trescientos dibujos, de los cuales una selección especial ha sido realizada por Carlos G. Navarro, conservador del Área de Pintura del siglo XIX del Prado.
El eje central de la exposición es la influencia del maestro Jacques-Louis David en la obra de Madrazo. Esta admiración se refleja en cómo el español interpretó la iconografía del juramento, un tema recurrente en su trabajo que Madrazo utilizó para explorar y representar conceptos como el heroísmo, la virtud y la resistencia. Obras emblemáticas de Madrazo como «La muerte de Lucrecia», «La muerte de Viriato» y «La destrucción de Numancia» ilustran su capacidad para entrelazar temas históricos con la compleja realidad política de España en el siglo XIX.
Los dibujos, sin embargo, son más que meros ejemplos de la habilidad artística de Madrazo; son testimonios visuales de un periodo de grandes cambios ideológicos en España. A través de la simbología del juramento, el artista logra formular una narrativa moderna de identidad nacional, reflejando las tensiones políticas de su tiempo. La exposición titulada «Juramentos de papel» no solo destaca sus obras maestras, sino que también ofrece un vistazo íntimo al proceso creativo de Madrazo y su capacidad para plasmar las preocupaciones políticas y aspiraciones de su época.
En un contexto más amplio, la muestra también sirve para celebrar la duradera influencia de Jacques-Louis David, cuya muerte cumple doscientos años en 2025, subrayando la importancia de su legado en la renovación de la pintura española en la primera mitad del siglo XIX. Así, los visitantes de la exposición tendrán la oportunidad única de apreciar cómo la versatilidad y creatividad de Madrazo se alinean y enriquecen dentro del marco del Neoclasicismo español, a la vez que ofrecen una ventana a las complejas interacciones entre arte y política durante su tiempo.