Gaza, Sudán y el Brote de Ántrax: Las Últimas Noticias del Jueves

María MR

El coordinador humanitario de la ONU ha solicitado a Israel que levante el «brutal bloqueo» que se ha impuesto a la Franja de Gaza durante los últimos dos meses. En un fuerte llamado, Tom Fletcher subrayó que el derecho internacional es claro y debe permitir la entrada de ayuda humanitaria. Resaltó que esta política de cierre de fronteras se utiliza como una forma de presión sobre Hamas y que, aunque los rehenes deben ser liberados, Israel, como potencia ocupante, tiene la obligación de facilitar el acceso a asistencia humanitaria.

El cierre de fronteras no solo pone en riesgo la vida de miles de personas, sino que también priva a la población civil de asistencia médica básica, constituyendo un castigo colectivo devastador. Fletcher señaló que «bloquear la ayuda mata» y expresó su preocupación por la inacción de la comunidad internacional ante esta alarmante situación.

Simultáneamente, el Alto Comisionado de Derechos Humanos ha denunciado masacres en Darfur, advirtiendo que «el horror no tiene límites», tras la muerte de más de 40 civiles en El Fasher y Abu Shouk a manos de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Con un incremento en el número de muertes que ya asciende a 542 en las últimas tres semanas, Volker Türk alertó sobre un posible «derramamiento de sangre» a causa de estos grupos, calificando las ejecuciones como crímenes de guerra.

Por otro lado, las autoridades de la República Democrática del Congo, con el respaldo de la OMS, se enfrentan a un brote de ántrax en la provincia de Kivu del Norte, donde se han reportado varios casos sospechosos y uno confirmado. La organización está trabajando en la vigilancia y el tratamiento de esta enfermedad que, aunque afecta principalmente a los animales, puede transmitirse a los humanos.

Finalmente, la Secretaria General de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos ha criticado la reciente Orden Ejecutiva de Estados Unidos, que busca acelerar la minería en los fondos marinos. Esta medida se percibe como una amenaza al patrimonio común de la humanidad, dado que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar establece la «Zona» como un espacio donde ningún estado puede ejercer soberanía. La activista advirtió que tales acciones unilaterales podrían desestabilizar el sistema de gobernanza de los océanos en su totalidad.