Más de 40 palestinos han perdido la vida en ataques israelíes en la Ciudad de Gaza durante este lunes, según informan diversas fuentes citando a la Defensa Civil local. Con esta nueva cifra, el total de víctimas en el conflicto ha superado las 46.500, y se reportan más de 109.000 heridos en la región. Estos ataques se producen en un contexto de negociaciones en Doha, donde representantes de Israel y Hamás intentan alcanzar un acuerdo de alto el fuego.
Simultáneamente, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha denunciado que Israel ha denegado alrededor del 70% de las 190 misiones humanitarias planeadas para diciembre, lo que intensifica la crisis humanitaria en Gaza. Esta situación ha llevado a un análisis crítico sobre la asistencia humanitaria y la necesidad de desbloquear el acceso a recursos esenciales para la población afectada.
Un grupo de expertos independientes en derechos humanos ha instado a la Autoridad Palestina a revocar el cierre de la cadena de noticias Al Jazeera, impuesto el pasado 1 de enero. Esta medida se tomó tras la cobertura de Al Jazeera sobre la represión de las fuerzas de seguridad palestinas en Cisjordania y el campo de refugiados de Yenín, y ha sido calificada como una restricción desproporcionada de la libertad de expresión. Los expertos advierten que esta decisión busca bloquear el escrutinio internacional y silenciar críticas a la autoridad gobernante.
En un tema separado, la Organización Mundial de la Salud ha alertado sobre la aparición de casos de mpox (viruela del mono) en países que anteriormente no habían registrado la enfermedad, incluyendo Alemania, Bélgica, China, Francia y Kosovo. Esto resalta la urgente necesidad de fortalecer las naciones en sus esfuerzos de vigilancia y notificación para controlar la transmisión de este virus.
Finalmente, un estudio de UNICEF revela que el porcentaje de niños que vive en zonas de conflicto se ha duplicado desde la década de 1990, pasando de aproximadamente el 10% a casi el 19% actualmente. Este informe destaca que los gobiernos de países en desarrollo enfrentan crecientes dificultades para financiar inversiones vitales en la infancia, debido al lento crecimiento económico y al aumento de la deuda. El cambio climático, los conflictos y la desigualdad están impactando drásticamente en la vida de los más jóvenes, limitando sus perspectivas y oportunidades futuras.