Haití en Crisis: Necesidad Imperiosa de Asistencia Internacional ante la Emergencia Humanitaria y de Seguridad

María MR

La situación en Haití continúa empeorando de manera alarmante, advirtiendo que el país podría enfrentarse a un punto de no retorno. María Isabel Salvador, representante especial de la ONU en Haití, hizo esta declaración durante una sesión del Consejo de Seguridad en la que expuso la grave crisis humanitaria y de seguridad que vive la nación caribeña. Desde enero, los grupos criminales han intensificado sus ataques, retando abiertamente la autoridad del gobierno y expandiendo su control sobre territorios que previamente eran considerados seguros.

Los disturbios han alcanzado áreas como Delmas, Pétion-Ville y el centro de Puerto Príncipe, extendiéndose incluso hacia los departamentos del Oeste, Centro y Artibonite. Uno de los eventos más preocupantes fue la toma de la ciudad de Mirebalais, donde más de 500 prisioneros lograron escapar en lo que se ha convertido en el quinto motín carcelario en menos de un año.

Salvador destacó que la magnitud de la violencia ha superado las capacidades de la Policía Nacional Haitiana, incluso con el respaldo de las Fuerzas Armadas y la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad. En los meses de febrero y marzo, más de 1,000 personas fueron asesinadas y al menos 60,000 se vieron obligadas a huir de sus hogares debido a la violencia, elevando la crisis humanitaria que ya afecta a más de un millón de personas.

Ante el colapso institucional, los ciudadanos han comenzado a organizarse para proteger sus comunidades, mientras que otros miles han salido a las calles exigiendo acciones más efectivas por parte de las autoridades. Salvador señaló que, aunque se aprobó en abril un presupuesto revisado para reforzar la policía y el ejército, los líderes haitianos han admitido que esto no será suficiente sin un apoyo internacional urgente.

El escenario humanitario en Haití es crítico. Brotes de cólera y la violencia de género se han convertido en problemas generalizados, especialmente en los asentamientos de desplazados, y la inseguridad ha llevado al cierre de 39 centros de salud y más de 900 escuelas en Puerto Príncipe. La representante instó a los Estados a respaldar el Plan de Respuesta Humanitaria 2025 y reafirmó el compromiso de la ONU de ofrecer asistencia vital, poniendo especial énfasis en mujeres, niñas y niños, además de fomentar la paz social a través de iniciativas gubernamentales.

A pesar de las dificultades, las agencias de la ONU siguen trabajando en el terreno, pero el aislamiento de la capital, bloqueada por tierra y sin vuelos comerciales desde noviembre, complica la entrega de ayuda. La organización ha mantenido una presencia mínima, aunque Salvador advirtió que sin financiamiento predecible y suficiente, incluso esta escasa operación está en peligro.

En la esfera política, Salvador informó que, a pesar del caos, el gobierno de transición continúa organizando elecciones para febrero de 2026, con consultas constitucionales y preparativos logísticos en marcha. Sin embargo, la situación de seguridad plantea serias dudas sobre la viabilidad de este proceso electoral. La enviada de la ONU concluyó su intervención solicitando al Consejo de Seguridad un mayor apoyo para la Misión Multinacional de Seguridad y la implementación de sanciones efectivas. «Haití se encuentra en un momento decisivo. Sin asistencia internacional concreta y oportuna, el país podría caer en el caos total», enfatizó.