En el actual panorama laboral, marcado por una rápida evolución impulsada por la transformación digital y la automatización, las empresas enfrentan el desafío de permanecer competitivas. Este contexto ha llevado a numerosas organizaciones a rediseñar sus estrategias de formación para capacitar a sus empleados en habilidades específicas. Según Gi Training, una firma de formación y desarrollo que forma parte de Gi Group Holding, hay un creciente interés en áreas como la Inteligencia Artificial, el uso de herramientas como ChatGPT y las competencias lingüísticas.
Estas áreas de formación resultan cruciales para que las organizaciones no solo se adapten a las tendencias actuales del mercado, sino también para fortalecer sus equipos ante los desafíos del presente y del futuro. La diversidad en los formatos de formación permite a las empresas ofrecer capacitaciones híbridas, remotas o presenciales, aprovechando la flexibilidad que brinda la tecnología. Sin embargo, en competencias clave como la comunicación efectiva, la inteligencia emocional y la toma de decisiones, la formación presencial ofrece un valor que los métodos digitales no pueden replicar.
Alberto Mateos, Key Account Manager de Gi Training, subraya la creciente importancia de métodos formativos innovadores y personalizados como el microlearning, la formación bajo demanda y la gamificación. Estas estrategias permiten a las empresas estar mejor preparadas para afrontar los cambios que se producen en los ámbitos social y empresarial de manera constante.
A medida que el cierre del año se aproxima, Gi Training resalta la trascendencia de no perder la oportunidad de invertir en la formación bonificada. Esta inversión no solo es vital para estar al día con los nuevos desafíos del mercado, sino que también es esencial para fomentar el desarrollo personal de los empleados y para la retención del talento dentro de las organizaciones.
Verónica Lázaro, una experta en estrategias de formación, recomienda que las empresas busquen el asesoramiento de profesionales con el fin de definir los itinerarios formativos más efectivos. Esto no solo ayuda a potenciar el talento interno, sino que asegura una integración adecuada de nuevas competencias en los equipos de trabajo, fortaleciendo así la capacidad de las empresas para adaptarse al cambiante entorno laboral.