El estilo de vida actual está teniendo un impacto negativo significativo en la salud ocular de la población española, convirtiendo la miopía en una de las afecciones más prevalentes del país. Junto a esta condición, la fatiga visual y el síndrome del ojo seco están en aumento, principalmente debido al uso prolongado de dispositivos digitales. Sin la implementación de medidas preventivas, la pérdida de calidad visual podría volverse una preocupación común entre los ciudadanos.
Desde hace algunos años, la miopía ha dejado de ser un problema menor para convertirse en lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado como una «epidemia» del siglo XXI. Las proyecciones indican que para el año 2050, entre el 40% y el 52% de la población global tendrá dificultades para ver a distancia. Aunque la herencia genética juega un papel importante en el desarrollo de esta afección, son factores como la exposición constante a pantallas, el tiempo excesivo en espacios cerrados y unos hábitos de vida cada vez más sedentarios los que están contribuyendo a su incremento alarmante. Este deterioro visual se acentúa en el ámbito laboral, donde las largas jornadas frente a ordenadores agravan el desgaste ocular. A pesar de estas preocupaciones, muchas empresas en España no están implementando medidas suficientes para proteger la salud ocular de sus empleados. Según un estudio reciente, solo el 28% de los trabajadores considera que su empresa está interesada en su bienestar visual, evidenciando una desconexión entre la realidad perjudicial del entorno digital y la falta de iniciativas en el lugar de trabajo.
La Dra. Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España, advierte que aunque la miopía suele desarrollarse en la infancia y presenta un componente hereditario, su incremento está directamente relacionado con el estilo de vida actual. Detalla que esta afección puede evolucionar a problemas más graves como el desprendimiento de retina en casos severos, lo que requeriría atención oftalmológica urgente.
Los expertos de Cigna han identificado varios hábitos cotidianos que, si no se corrigen, podrían agravar la salud visual y favorecer el desarrollo de miopía y otras afecciones. Uno de ellos es la sobreexposición a pantallas. Aunque no hay pruebas concretas de que la luz digital cause daños directos, el uso prolongado de dispositivos electrónicos puede provocar fatiga visual. Se sugiere seguir la regla 20-20-20: mirar algo a unos seis metros de distancia durante 20 segundos cada 20 minutos, así como utilizar lubricantes oculares para mitigar la sequedad.
Otro factor a considerar es el uso prolongado de lentes de contacto. Aunque su uso no está relacionado directamente con el desarrollo de miopía, el uso incorrecto de estas puede afectar la salud de la córnea y aumentar el riesgo de infecciones. Alternar el uso de lentillas con gafas y mantener una correcta higiene ocular puede ayudar a preservar la salud visual.
La aplicación de maquillaje también puede repercutir en la salud ocular, especialmente si se utiliza cerca de los ojos. Muchos cosméticos contienen sustancias que pueden irritar los ojos y favorecer afecciones como la conjuntivitis. Por ello, es recomendable usar productos hipoalergénicos y seguir una adecuada rutina de limpieza.
Asimismo, usar gafas de sol sin protección UV expone a los ojos a riesgos significativos, incluyendo cataratas y degeneración macular. Se aconseja optar por gafas que cuenten con filtro UV400.
Finalmente, el hábito de fumar no solo afecta a la salud general, sino que también incrementa el riesgo de desarrollar serias condiciones oculares que pueden llevar a la pérdida irreversible de la visión. La combinación de estos factores destaca la importancia de tomar medidas adecuadas para cuidar la salud visual en un mundo cada vez más digitalizado y tecnológicamente dependiente.