En España, el panorama laboral para las mujeres migrantes muestra un notable crecimiento, con un aumento del 41% en la última década en el número de ellas potencialmente activas, alcanzando los 2,5 millones, lo que representa el 16% del total de mujeres en edad laboral en el país. Este ascenso es significativo en comparación con el 11,7% registrado hace diez años y el 7,6% en 2004. Sin embargo, a pesar de su creciente presencia, enfrentan graves obstáculos que las colocan en condiciones de precariedad y desprotección, viéndose altamente vulnerables a la economía sumergida.
El Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco ha publicado su 12º informe #EmpleoParaTodas, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, para abordar la situación de las mujeres migrantes en riesgo de exclusión laboral. El estudio, basado en datos del Instituto Nacional de Estadística y encuestas a mujeres migrantes en búsqueda de empleo, revela que, a pesar de su creciente proporción en el mercado laboral, todavía se encuentran con serias dificultades para acceder a un empleo formal.
Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco, ha señalado que las mujeres migrantes se encuentran en una «posición de desventaja estructural» debido a su doble condición. Esto se traduce en obstáculos como la discriminación, la dificultad para homologar títulos académicos y la falta de redes de contacto, lo que hace que su situación laboral sea aún más crítica. Cabe destacar que se anticipa un aumento significativo en la llegada de estas mujeres en los años venideros, las cuales tendrán un rol crucial en contrarrestar el envejecimiento de la población autóctona.
En un contexto donde el envejecimiento poblacional supone un gran desafío para la sostenibilidad económica, las mujeres migrantes son vistas como un pilar estratégico. Actualmente, en España hay más de 6,5 millones de extranjeros, de los cuales aproximadamente 5 millones están en edad laboral, y las mujeres constituyen cerca del 50% de este grupo. Su participación es esencial en sectores como el cuidado, la hostelería y los servicios, contribuyendo no solo a cubrir necesidades laborales del país, sino también enriqueciendo la diversidad del mercado laboral.
A pesar de su creciente participación, las tasas de desempleo entre las mujeres migrantes son alarmantemente altas, alcanzando el 17,8%, y hasta un 19,8% para aquellas provenientes de fuera de la Unión Europea. Además, un alto porcentaje de estas mujeres está dispuesta a aceptar trabajos en la economía sumergida; aproximadamente el 86% de aquellas desempleadas consideraría empleos informales ante la urgencia económica, lo que las coloca en una situación extremadamente precaria.
La discriminación laboral también es un elemento preocupante, ya que el 75% de las mujeres migrantes siente que se enfrentan a barreras significativas para acceder a empleo. Muchas atribuyen esta dificultad a prejuicios vinculados a su origen y a la falta de reconocimiento de sus credenciales profesionales.
La Fundación Adecco ha resaltado la necesidad urgente de mejorar la inclusión de estas trabajadoras en el empleo formal, no solo como un imperativo moral, sino como una estrategia necesaria para fortalecer la economía y construir una sociedad más equitativa. La creación de redes de apoyo y la intervención de agencias de colocación son cruciales para facilitar su integración y garantizar que se respeten sus derechos laborales en un mercado laboral en transformación.